De Reino Unido ya hablamos de los geniales Monty Python y su humor surreal y de Guy Ritchie con sus primeras películas. El célebre humor inglés nos ha dejado comedias clásicas como El quinteto de la muerte, Ocho sentencias de muerte, etcétera. Pero sobre todo grandes comediantes como Peter Sellers.
Hay muchos países con poco o ningún sentido del humor o que directamente no tienen jodida gracia. No obstante, estoy dispuesto de tragarme mis palabras si alguien me recomienda una comedia divertida y memorable de Suecia, Noruega, Suiza, Bélgica, Holanda o incluso Alemania. Bueno, y no hablemos de países del Este de Europa como Polonia, Hungría, la República Checa o Rusia...
El humor asiático puede parece un poco marciano a un espectador Occidental, pero yo por ejemplo sí que le encuentro la gracia a películas de Kitano como Zatoichi o El verano de Kikujiro, o a los pasotes de Miike en Japón y también a alguna comedia Coreana que ya comentamos, si bien, no hablamos de obras maestras.
Si buscamos en Iberoamérica, destacaré el humor negro del cubano Tomás Gutierrez Alea (La muerte de un burócrata), y también se pueden encontrar comedias interesantes, muchas veces sutiles, en Argentina (El hijo de la novia). En México tienen un humor particular, como se aprecia en la tenebrosa El esqueleto de la señora Morales o en la reciente El infierno, además de en obras de Buñuel como Simón del Desierto o Vida criminal de Archibaldo de la Cruz.
Volviendo a Europa, no podemos dejar de hablar de la gran comedia italiana, donde hallamos obras maestras de Fellini (Amarcord, 8 y medio) o de Mario Monicelli (Rufufú, Habitación para cuatro, Un quinteto a lo loco), la magnífica Divorcio a la italiana de Pietro Fermi y otros autores notables como Ettore Scola, Roberto Benigni o Nani Moretti. Salvo los dos últimos, el resto de directores y películas forman parte de lo que se conoce como comedia all’italiana, y que contó con intérpretes de la talla de Marcello Mastroianni, Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Totò o Giancarlo Giannini.
Quizá alguno piense que el sentido del humor es un tema climático, y que los nórdicos no tienen gracia, pero para contradecir el tópico encontramos en Finlandia a Aki Kaurismaki (Un hombre sin pasado, Contraté a un asesino a sueldo), personal y divertido, frente a mediterráneos como el griego Angelopoulos o al portugués Oliveira (traten de reírse con sus películas).
En los balcanes destaca la figura de Emir Kusturica, con comedias bizarras como la desternillante Gato negro, gato blanco, o la también dramática Underground.