Leyendo este blog hay quien se divierte, quien se duerme, quien reflexiona, tampoco falta quien se escandaliza, más raros son los casos de quienes han conseguido llegar al orgasmo, de lo que no se tiene constancia es de que nadie haya recuperado la cordura.
Dr. Strangelove, hijo del peculiar personaje kubrickiano, hombre de cierta edad y constatada degeneración, crítico de cine, experto en sexo tántrico y patafísico nuclear.
Profesor Marmordo, encargado de la sección literaria, tanto de la crítica como de presentar textos propios y de sus enfermizos amigos.
Tío Matt (de Bar), incansable traveler y mentor de Lobo de Bar en muchos aspectos de la vida.
Los amigos de Tucson, Arizona, suelen aportar interesantes documentos y noticias de otros lugares del planeta y parte del universo.
Hunter, periodista gonzo inclinado a todo tipo de excesos y ahora infiltrado en el terrible mundo de los negocios.
Vinicius Mond, ácido analista político-económico y conjurador radical, probable ascendiente de Mustafá Mond. Los demás miembros de la conjura no nos responsabilizamos de las opiniones de este sociópata y no pagaremos sus fianzas.
Narrador omnisciente, no sabemos de dónde coj**** sale ni cómo se entera de las cosas, pero no se le escapa una.
El otro día nos preguntábamos en qué momento las pelusas
dejan de ser suciedad para pasar a ser parte de la familia, y esto nos llevó a
un importante ejercicio de reflexión sobre las pelusas, esas grandes desconocidas,
un ejercicio comparable al que mandaba a sus alumnos el maestro de Amanece que no es poco en una escena y una película que sabemos del gusto de varios de nuestros lectores.
Ahí vamos:
¿Qué son realmente las pelusas? ¿pertenecen al reino animal? ¿están lejanamente emparentadas con las medusas? ¿Hay pelusas en el
espacio? ¿Se han documentado casos de pelusas parlantes?¿Las pelusas tienen un
equipo de fútbol favorito? Si ese equipo de fútbol es rival del que tu apoyas,
¿puedes echar a la pelusa de casa sin atentar contra el derecho constitucional? ¿Cuántos años puede vivir una pelusa? ¿Las
pelusas menstrúan? ¿Las pelusas beben o no son de fiar? ¿Se puede clonar una
pelusa? ¿A qué temperatura prenden las pelusas? ¿A cuánta distancia pueden
volar las pelusas? ¿Las pelusas se ponen celosas? ¿A qué edad alcanzan las
pelusas la madurez? ¿Cómo es el sexo de las pelusas? ¿Es legal apostar en las
carreras de pelusas? ¿Hay distintas razas o especies de pelusa? ¿La pelusa del
ombligo es intrínsecamente disímil a la pelusa común? ¿Las pelusas creen en las
conspiraciones? o incluso, ¿las alimentan? ¿Cuál es el plato favorito de las
pelusas? ¿Hay algún superhéroe pelusa? En tal caso, ¿de qué las defiende? ¿cuál
es el archienemigo de las pelusas? ¿superaspirador? ¿es superaspirador un
transformer? ¿Las pelusas pueden tener mascota? ¿Creen las pelusas en el
creacionismo? ¿Acepta la cienciología a las pelusas? ¿Las pelusas hembra tratan
de cambiar a las pelusas macho? ¿Existe la trata de pelusas? ¿Las pelusas
lloran? ¿Les gustan los finales felices a las pelusas?
Los goliardos tenemos serias dificultades a
la hora de negarle nada a:
a) las chicas bonitas (nos pasa como al barquero) y b) los seguidores del blog,
así que a pesar de que nuestro agente nos ha rogado que no lo hiciéramos, hemos
puesto a Lobo de Bar a responder al cuestionario adolescente que nos pasa (con
muy mala leche) el Sr. Superehore.
El test:
1.- ¿Cómo te definirías a ti misma?
Está muy feo eso hablar de una misma. Que
rajen los demás.
2.- ¿Qué es para ti la amistad?
Una película de Spielberg bastante mediocre y
tendenciosa.
3.- ¿Crees en el amor vía internet? Si crees, ¿te ha sucedido alguna vez
enamorarte de alguien por este medio?
Creo en todo tipo de amor. Tanto que me
enamoré de una joven modelo andaluza que resultó ser un marinero vasco
jubilado.
4.- ¿Qué te gusta más, el día o la noche?
Depende de para qué, por ejemplo: para tomar
el sol, la noche.
5.-¿Para ti qué va antes, el amor o el sexo?
¿Antes de qué? Si es antes de un cigarro, el
sexo.
6.- ¿Café con o sin leche?
Me da miedo responder a esta pregunta,
seguro que tiene algún significado oculto que no capto y se podrán extraer
conclusiones de lo más truculento sobre mi personalidad. Así que paso.
7.- Qué elegirías entre dos cosas, ¿recibir un beso de alguien enamorado de ti
pero a quien tú no correspondes o besar a alguien a quien quieres pero que no
te corresponda?
Depende, si para lo segundo hace falta usar
roinol me parecería muy poco noble. Me suele pasar más lo primero, llámenlo
complejo de ONG o caer en los ominosos designios de Eros y Baco...
8.- ¿Qué odias y que te atrae de una persona?
¿De qué persona? No se puede generalizar, hay cosas que me pueden atraer y puedo odiar dependiendo de quién hablemos. Por ejemplo, odio el acento argentino en Valdano, y me atrae mogollón en Carolina Ardohain.
9.- ¿Crees en el amor a primera vista?
Más que en el amor por internet, aquí al
menos no confundes a una púber andaluza con un marinero vasco, aunque también
es cierto que por la noche la vista te puede jugar malas pasadas.
10.- ¿A qué tres blogueros pasarías estas preguntas? A ninguno que me cayera
bien. No quiero seguir con esta cadena, se empieza respondiendo gilipolleces y
se acaban haciendo otras tonterías como beber Licor 43 o fumar plátano.
La pérdida de Juan sigue siendo dolorosa e irreparable, pero la vida sigue, y uno de los consuelos que quedan es encontrarse por ahí con alguno de los habitantes del glorioso Bar, tomar unas copas y hablar de nuestro amigo.
Anoche me encontré con uno de los clientes de entre semana, un hombre de unos 50 años, elegante, con bigote y canas tipo Richard Gere, en el Hendrix, un bar degenerado que supongo que algún día comentaré y que abre a las 6 de la mañana. Qué fauna. Los que quedamos aquí seguimos, aullando a la luna.
Dícese del padecimiento que sufren aquellos que han salido durante varios días hasta altas horas de la madrugada rompiendo su ciclo de sueño rutinario y, al llegar el domingo por la noche, no consiguen quedarse dormidos a una hora conveniente ni aún empleando el método Ministro de Justicia.
Es una putada dar vueltas en la cama durante horas deseando tener dulces sueños.
Lamento empezar el año con un post triste,
pero los goliardos hemos sufrido una gran pérdida y queremos rendir a Juan, el
dueño del Bar, nuestro amigo, un pequeño homenaje.
De su biografía conocemos los pequeños retazos
que nos fue contando a lo largo de los años, aunque algunos detalles se hallan
en ese lugar de la memoria donde van las cosas que te pasan yendo borracho.
Nunca confesaba su edad, le echábamos algo más
de 60 y por lo que sé, no íbamos descaminados. Hijo de militar, se enorgullecía
de haber tenido el valor de decirle a su padre, antes de que fuera demasiado
tarde, que le quería y que agradecía todo lo que había hecho por él.
Creció en la España franquista, en un colegio de curas, y fue buena pieza ya de chaval, pronto aficionado a la música y a las chicas. Trabajó como informático cuando los ordenadores eran
grandes como habitaciones y estuvo unos años trabajando en Sevilla y en
Valencia para luego regresar a Mañoland. Aquí pasó unas pruebas para entrar en
una entidad financiera, pero vio que no le iba el tema y acabó montando un bar.
Hablamos de los 80. En Zaragoza no hubo movida
como tal pero Juan tenía buen gusto para la música y el bar fue bastante
exitoso, tanto que terminó cansándose y lo vendió para montar uno más pequeño
en la zona de Tomás Bretón. No le gustaban los agobios, y se quejaba de que
cada vez que un bar triunfa se llena de horteras y el siguiente paso es la
decadencia para que acabe yéndose a la mierda.
En el nuevo bar tenía una gramola, cuando se
jodió no quiso arreglarla para evitar que la gente pusiera música que no le gustara, prefería los vídeos que reproducía con el DVD. La zona de Bretón fue decayendo
y al Bar íbamos unos pocos parroquianos, entre los que se encontraban su grupo
de amigos de toda la vida, unos tíos encantadores que se reunían cada jueves y que ya habían sufrido la
pérdida de una gran persona pocos meses atrás, su amigo Pedro.
Mucha gente que le conocía de otras épocas iba
a verle de vez en cuando, realmente, había tratado con casi todo el mundo que tenía algo de nombre en la noche zaragozana. Otros éramos clientes no tan antiguos pero muy
fieles. Una pequeña familia. Yo iba todas las semanas al menos una vez,
generalmente los lunes, cuando el Bar estaba especialmente tranquilo. Así podía
leer (sobre todo antes de que se fueran jodiendo las lámparas de las mesas) y hablar con él cuando ya sólo estábamos los
habituales. Para mí esos ratos eran las vacaciones que me daba cada semana de
todo lo demás. Eran las horas que me dedicaba a mí mismo. Leyendo o hablando
con Juan, con una jarra y un cigarro en la mano era feliz, no me hacía falta
nada más.
Disfruté de su conversación y de tener el
privilegio de conocerle. Juan fue una gran persona, aunque a veces le gustara
fingir ser un cascarrabias y aunque se pusiera de muy mala virgen de vez en
cuando, sobre todo al hablar de política. Era todo carisma, con su aspecto de
viejo roquero y sus ganas de bromear. Nos solían dar la una o las dos de la
mañana, muchas veces me hacía reír hasta llorar. Una vez se nos hicieron casi
las 5 (yo me levantaba a las 7), cuando se murió su amigo, le afectó mucho.
Quizá cuente algún día anécdotas suyas. Hoy
diré que en contra del tópico del solterón que muere solo y olvidado, a Juan muchos le apreciábamos y le queríamos, no estaba solo y, de olvidado, nada. Sé que aparece en los libros de varios escritores, Profesor Marmordo incluido. No se arrepentía de no
haberse casado nunca. Al contrario. Se vanagloriaba de haber rechazado a una
rica heredera que quería llevarle al altar y que le hubiera llevado por la
calle de la amargura. Amó a bastantes mujeres, pero nunca quiso atarse. Y amó
hasta el final. Durante sus últimos años estuvo con una chica que tiraba de
espaldas de lo guapa que era, aunque se habían dejado de ver con frecuencia.
Una semana antes de que muriese celebré en el
Bar mi cumpleaños y fue el mejor que recuerdo. A la semana siguiente lo vi por
última vez. Estuvimos charlando como tantas otras veces. Mientras bebía su
whisky con cocacola sin cafeína (si no, no dormía) y sin hielo, en un vaso de
recuerdo de Ámsterdam que reproducía el barrio rojo, empezó a toser. Fumaba
bastante y, no había llevado la vida saludable que recomiendan 9 de cada 10
médicos. Su desayuno favorito era el bocadillo de chistorra. Bromeando dijo
“joder, no viviré mucho, aunque mi padre llegó a los 90 años, confío en los genes. De
todas formas... bah, que me quiten lo
bailado, me lo he pasado de puta madre”. Y se empezó a descojonar , recordando, con esa risa contagiosa de
canalla que tenía.
Murió en Nochebuena, como si quisiera burlarse
de todos, o como si fuera el Anticristo, viendo la tele, con el ordenador
encendido, después de haberse tomado sus copas y de fumarse algún canuto, de un
paro cardíaco, rodeado por sus gatos, a los que tanto quería. Probablemente ni
se dio cuenta.
No me enteré hasta el día de Año Nuevo, año
que empecé con resaca y un terrible disgusto. Ya había pasado el funeral, creo
que el primero en mi vida al que me hubiera gustado ir. Les comuniqué la
noticia al resto de goliardos y quedamos para pillarnos una sentida borrachera
en su memoria. Recordamos los momentos que pasamos con él y bebimos hasta que no nos quedaron lágrimas ni hígado. A mitad de noche nos atrevimos a ir al Bar en procesión fúnebre para
dejar una vela roja.
Luego nos encontramos al senegalés que pasaba
a vender sus cosas por el Bar. Nos sorprendió ver tan afectado a alguien que
tiene bastante ración de problemas como para preocuparse mucho por los que
tengan los demás. Eso habla de la calidad humana de ambos. Juan compraba
botellines de agua sólo para él (en el Bar nadie pedía agua), aunque luego
protestara cada vez que le daba uno o cada vez que necesitaba cambios.
Juan, descansa allá donde estés, quizá sentado
a la derecha de San Bukowski, quizá en un bar oscuro en el limbo o en una playa
paradisíaca, con camisa hawaiana, gafas de sol y un whisky al alcance de tu
mano, riéndote y mirando el culo de alguna chica. Nos dejas huérfanos. Nunca olvidaremos todo lo
que aprendimos de la vida gracias a ti, ni los ratos que pasamos a tu lado en
ese Bar, que era como un templo para nosotros. Si hubiera más gente como tú, el
mundo sería un lugar mejor. No sabes lo que duele tu ausencia.