Profesor Marmordo: nos enfrentaremos hoy a “Bajo el volcán”, libro ebrio de Malcom Lowry, y, ¿qué mejor que hacerlo de resaca desayunando cerveza?
Esta novela nos cuenta la esperada caída de un alcohólico, del excónsul británico en México Geoffrey Firmin, personaje mítico de la literatura. Y lo hace de una forma decadente y existencial, en nada parecida a otros libros de borrachos ilustres como nuestro adorado San Bukowski. Es un libro denso, duro de leer, que exige que te sumerjas en un mundo claustrofóbico y volcánico hasta la médula y, qué mejor que hacerlo con una buena tajada o una buena resaca. Personalmente tengo que decir que los momentos que más disfruté del libro fue cuando lo leía borracho en “el Bar”, saboreando cada línea de ese descenso a los infiernos del hombre y de la épica del antihéroe.
Geoffrey Firmin, tras un capítulo inicial fantástico y simbólico, vive el final de su catastrófica existencia en el día de los muertos, su paulatino hundimiento en los pozos del mezcal supone una de las cumbres de la literatura del siglo pasado. Siento no hacer una crítica más convencional, pero creo que de esa forma no haría a este libro el homenaje que merece. Lo importante no es la historia en sí, ni su barroco estilo, ni su innovadora narrativa, lo importante es saborear tan doloroso naufragio.