Dr. Strangelove: Tenía ganas de ver el documental de Banksy, pero también cierto miedo de que me decepcionara. Esperaba encontrarme con una muestra de su obra y con un discurso que, según su profundidad, podía estar o no a la altura de su misterioso mito.
Pues “Exit through the gift shop” no es exactamente eso. Banksy no es el prota, es el director y su discurso no está masticado ni es banal, sino que te lo ofrece de forma relativamente objetiva para que seas tú el que piense y saque sus conclusiones. Tres hurras por los que aún hacen películas, libros, u obras de arte en general sin ser idiotas y sin pensar que todo el mundo lo es.
Spoiler:
El documental aprovecha en su primera parte el material compilado por Thierry Guetta (un francés aficionado al arte urbano y a grabarlo todo con su cámara) para mostrarnos los inicios del nuevo arte urbano donde Banksy es el rey. Lo hace con seriedad y sin ínfulas, vemos a un tipo colocando mosaicos de los space invaders y a otro carteles de André the Giant sobre la palabra “Obey”, pero no nos explican por ejemplo que el primero sea un friki de los marcianitos o que el segundo quiera despertar la conciencia de una sociedad sumisa. Vemos que en este nuevo arte hay propósitos estéticos y conciencia social, también hay transgresión y placer por lo clandestino.
Casi sin que nos demos cuenta, el foco cambia de perspectiva y nos habla de la mercantilización del arte. Ante la imposibilidad de que Guetta haga un documental en condiciones, cambian los papeles y Banksy le pide que se convierta él en un artista callejero. Vemos que Guetta tiene ciertas cualidades, no en vano se había ganado la vida vendiendo ropa que rediseñaba de acuerdo con los gustos estéticos de la época, y además había conocido a los grandes artistas de la calle. Con la ayuda de un equipo de profesionales logra convertirse en un nuevo personaje, Mr. Brainwash, cuyo arte se asemeja al de Bansky, aunque sin mensaje y, en mi opinión, sin profundidad. Frente a la sutilidad del discurso del documental, Mr. Brainwash nos explica por qué se ha puesto ese nombre, y la verdad es que da un poco de vergüenza ajena, igual que cuando nos explica por qué le ha puesto una escopeta de fisher price a Elvis o por qué ha llamado Batpapy a un retrato del siglo XIX al que ha puesto una careta de Batman.
Hay una diferencia sutil entre una buena estética y el verdadero arte, y no sólo por la inteligencia. También se nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de sacar de su entorno “punk” original algo que ahí tenía sentido y que se acaba convirtiendo en lo que criticaba.
Banksy me parece un tío íntegro y con mucho talento, algo no muy abundante y pediré tres hurras más ahora por sus cojones. Este tío sigue creyendo en lo que hace y no se forra con ello. Y como director no lo ha hecho nada mal. El documental vale como testimonio y como ensayo y es muy entretenido. Refleja su forma de pensar, pero no es un panfleto, te muestra los hechos que le hacen tener esas ideas y tú puedes sacar tus conclusiones. Éstas pueden ser parecidas (lo que he expuesto es básicamente la línea argumental que intuyo), pero también admite con cierta humildad que habrá otras concepciones de lo que es el arte, e incluso dice (aquí creo que con ironía) que quizá Mr. Brainwash fuera un genio en potencia antes de lanzarlo al vacío y que quizá sea él quien está equivocado.
La intro, con la canción "Tonight the streets are ours" de Richard Hawley está bastante bien. Aquí la incluyo, junto a los primeros minutos del documental: