En días como hoy, cuando a la archiconocida crisis (me había propuesto no mencionarla pero sólo he aguantado tres días) se une el temor a una pandemia catastrófica, es conveniente recordar un par de expresiones que nuestro exquisito idioma posee para hablar sobre el tema evitando, con gracia y socarronería, un exceso de dramatismo .
La primera, "éramos pocos y parió la abuela", es más propia de situaciones en las que el problema es el exceso de gente (véase, las calles del casco en pilares cuando llegan hordas adicionales desde un concierto que acaba de terminar), pero es extensible a todo tipo de situaciones en las que cuando todo va mal, empeora.
La segunda, más general, es: "... y nos crecieron los enanos". Ingenuo y fantasioso, antes de conocer el sentido de esta frase imaginaba al escucharla una especie de ebullición de enanos (del tipo enano de jardín o enano amigo de Blancanieves (y de Amelie)). Esto sería algo también infrecuente, pero sin duda más poético que lo de pensar en una abuela en pleno parto. Con el tiempo supe que la frase completa es "montamos un circo y nos crecen los enanos", siendo por tanto mucho más realista y cruel de lo que pensaba, al referirse a los enanos de verdad, tipo "freaks" (AKA "La parada de los monstruos"), lo que no quita para que siga siendo una frase harto entrañable.
Dejo a su elección el uso de una u otra en caso de que necesiten de estas expresiones en los próximos días. También pueden inventar neologismos ("estábamos mojados y se nos mearon encima","renegó del Atleti para hacerse del Zaragoza",etc), si no lo hacen ustedes lo harán en el telediario y, probablemente, serán un coñazo.
Hace 9 meses
1 comentario:
Me parece muy bien que si os gusta un post me lo comentéis en persona, pero también se agradece que dejéis vuestros comentarios, alabanzas y, si deseáis, donaciones, escritas por aquí.
Va sobre todo por el Kalamar, que me dijo que le gustó éste, y no veo por aquí ninguna reseña.
Mal, mu mal
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