sábado, 31 de diciembre de 2011

A cascarla con el 2011

Estadísticas goliardescas del año que termina, una recopilación tan innecesaria como catártica:

Borracheras de Lobo de Bar: 196, perdón, 197.
máximo número de días de farra consecutivos: 13

Neuronas restantes en el cerebro de Lobo de Bar: -770

Películas vistas por el Dr. Strangelove: 244
Favoritas: El infierno, Dos en la carretera, Mary & Max, Malas tierras, Millennium mambo

Libros leídos por el Profesor Marmordo: 40
            Favorito: La muerte de Artemio Cruz

Cosas que los goliardos hicieron bien cuando podían hacerlas mal: 0

Países visitados por Matt de Bar: 2

Orgasmos hacia dentro del Dr. Strangelove: Estima unos 315

Seguidores perdidos por la conjura: 0

Fanáticos dispuestos a matar por Vinicius Mond: 0

Fanáticos dispuestos a matar a Vinicius Mond: 666

Enamoramientos del Profesor Marmordo: 483

Goliardos que han caído en las azarosas redes de Eros: 1,8
           
Naufragios de Lobo de Bar: 0,8

Transformaciones en demonio de Tasmania de Zé Tubarao: 7

Ácido consumido por Hunter: 6,3 galones.

Apariciones del Narrador Omnisciente: 11

Cartas de los amigos de Tucson: 1

Nuevas secciones en la conjura: 3

BOBs otorgadas por Lobo de Bar: 23

Dictadores admirados por Vinicius Mond fallecidos: 2

Villancicos colgados a destiempo: 1

Propósitos de enmienda para 2012: 0


Y este año nos despediremos con:


martes, 27 de diciembre de 2011

La voz grave

Tener voz de barítono o de bajo da un toque molón a la hora de cantar:

Música chunga, llámese gótica, satánica y también rock, metal, etcétera:



Pero también hay quien hizo carrera con la voz grave (eso sí, más acariciadora) cantando temas pasteleros:



Y quien la utiliza para hacer covers:

viernes, 23 de diciembre de 2011

Crítica de Bar: El páramo


No es ningún secreto que la zona de Bolonia – La paz es del gusto goliardesco y resultaba imperdonable no haber escrito una crítica sobre el bar que lleva más tiempo sobreviviendo los vaivenes de la farra mañolandesa: El páramo.

Siendo un todavía un borracho de teta salía por los alrededores y me llamaba la atención esa calavera bovina rodeada por un neón rojo, pero por entonces no me atrevía a entrar e hice bien, no estaba preparado, porque El páramo es un bar para decanos de la noche. Y no me refiero a la edad, sino a la experiencia y capacidad de disfrute de su ambiente crepuscular. 

Con decoración en madera y western, carteles de Pancho Villa y de Tom Waits, poca luz y hasta una máquina de paintball, es fácil detectar que se trata de un bar con carácter, disímil a cualquier otro de la urbe. A la entrada hay unos postes donde dejar el hipotético caballo, luego una larga barra y, al fondo, una zona con alguna mesa que se puede transformar en un pequeño escenario para conciertos y donde, incluso, he visto proyectar alguna película muda.

Abre casi todos los días y es muy recomendable para tomar una copa o unas cervezas relajadas, disfrutando de una buena conversación y de la música. Predomina el rock pero según el día se puede escuchar jazz, blues, hardcore, soul, folk, cuntry... u otros sonidos siempre fuera de lo comercial.

El ambiente... ya lo he dicho: para decanos de la noche, se ven pocos chavales, hay más bien gente de veintimuchos para arriba, unos cuantos girados, algún loco interesante, quizá no muchas féminas, pero eso es lo habitual en los bares más apreciados por esta conjura. Y es un sitio bastante familiar, en buena parte porque la concurrencia es fiel y también gracias a la cordialidad de los dueños y camareros.

Para este crítico El páramo merece por lo menos 5 BOBs.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Los goliardos ponen escena a My alcoholic friends de The dresden dolls.


Imagen de un puerto en el amanecer gris de un día nublado. Ha llovido. A un lado se ve el mar, confundido con el cielo bajo la luz pálida, al otro una fila de casas blancas, con los marcos de las puertas y ventanas pintados de colores vivos, un neón anuncia un bar. Se apagan las farolas y una chica alta y delgada, con un largo abrigo sale tambaleándose del tugurio. La cámara permanece estática y alejada de la escena. Ella se detiene a unos metros de la puerta del bar y se da la vuelta para mirarlo. Luego sigue caminando, titubeante, hasta que sale de campo.

La cámara la sigue ahora desde atrás, mostrando su melena castaña y despeinada, se la rasca torpemente un par de veces. De repente la cabeza desciende y sale de campo, se le oye vomitar. De fondo se ve, desenfocado, un pequeño parque con unos columpios y un tobogán. La cabeza vuelve y la cámara avanza con ella hasta los columpios.

Al llegar la cámara se detiene, la chica se sienta en el columpio, al girarse vemos su rostro, se le ha corrido el rímel y tiene la cara sucia pero es hermosa. Apoya su cabeza sobre la cuerda del columpio y entorna los ojos, apenas se balancea, parece triste. Luego sonríe, mira hacia el suelo, claramente ebria, recordando algo.

Cambio de cámara, ahora se ve a media distancia el columpio desde detrás, con el mar de fondo, la luz sigue siendo entre gris y azulada. La chica se levanta y empieza a caminar como si volviera al bar pero se da la vuelta y va en dirección contraria hasta salir de campo.

Imagen de una puerta, la mano de la chica llama al timbre y al rato aparece un chico con una camiseta blanca, se acaba de despertar. Parece sorprendido.

-          ¿Qué...? ¿Qué haces aquí?
-          (Primer plano de ella, ajada, entrañable, muy borracha, no le mira a los ojos) Quería... quería columpiarme y yo sola no puedo... Ven conmigo.
-          (Primer plano de él) Pero... (mira dentro de casa y vuelve a mirarla a ella, sonríe).

Vemos cómo ella se da la vuelta y empieza a caminar, pisa un charco y dice, sin mirarle:

-          Trae vino.

Él se echa a reír y va a buscar una botella, deja la puerta abierta, aparece con un abrigo encima de la camiseta y una botella de vino. Corre a buscarla. La cámara permanece donde estaba pero se gira para que veamos cómo la alcanza y la rodea con el brazo. Se alejan.

sábado, 17 de diciembre de 2011

A los treinta años, Cristo empieza a predicar


Mateo 4:12-23

 Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea. Partió de Nazaret y se fue a vivir a Capernaúm, que está junto al lago en la región de Zabulón y de Neftalí, para cumplir lo dicho por el profeta Isaías:

    «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas la luz ha resplandecido.»

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.» (extraído de http://www.biblegateway.com)

Siempre que encuentro movidas como ésta me digo que debería leerme la Biblia. 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Por qué nos gustan tanto las camareras?

El otro día, el ilustre blogger Raúl nos recomendó escuchar la siguiente canción:



Y ésta, además de satisfacer el gusto goliardesco (y resultar extrañamente cercana a algunos) nos hizo rememorar la infinidad de camareras que han pasado por nuestras vidas y nos llevó a preguntarnos ¿por qué nos gustan tanto las camareras? El Dr. Strangelove cree tener algunas respuestas.

Dr. Strangelove: El primer y más obvio motivo para que nos gusten es que las camareras actúan como reclamo de los establecimientos donde trabajan y entre los criterios por los que las eligen la belleza suele tener un papel fundamental. Es decir: las camareras suelen estar buenas.

Además, trabajan en un lugar que los goliardos aman, los bares, y suelen estar oscuros y ellos suelen estar ebrios, todo lo cual invita al enamoramiento, al menos al enamoramiento goliardesco.

Por otra parte, al suministrar alcohol, las camareras ejercen una función básica en la vida de todo goliardo y se asemejan en cierta forma a las enfermeras curando o, al menos, cuidando de sus almas, y esto resulta bastante morboso.

Para finalizar, señalaré que las camareras están a la vista de todos, en no pocas ocasiones son la chica más bella del bar o incluso la única, y su trabajo tras la barra dificulta su huída. Esto despierta dos instintos contrarios en los goliardos, por un lado, el verla asediada ante una turba de degenerados borrachos estimula su instinto protector. Por otro, saber que es deseada por muchos y que generalmente tiene un carácter esquivo y difícil por su dilatada experiencia en deshacerse de pretendientes indeseados, supone un reto harto apetecible.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Down under

Escribo simplemente para comunicar que mi difusa presencia en la blogosfera durante las últimas semanas no se ha debido a ningún hecho traumático. Estaba disfrutando de nuevas aventuras junto a mi tío Matt en un viaje que me ha llevado al quinto continente y al quincuagésimo país que visito.

El de la foto de abajo no soy yo:


Tirando recto por aquí se llega a la Antártida (el agua estaba fría de coj****):


Ya pondré más fotos, aunque lamentablemente mi cámara terminó peor el viaje que yo y no hay testimonio gráfico de gran parte del mismo.

En cuanto aterrice del todo me pongo las pilas y le doy un poco de vidilla al blog, saludos a todos.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tú pon la música que los goliardos ponen la escena

Porque es miércoles y porque nos apetece, los goliardos hemos decidido inaugurar una nueva sección.

Se abre la participación a los insignes lectores de este excelso blog, concretamente, aquellos que lo tengan a bien, nos pueden mandar una canción que les guste, les parezca curiosa, interesante, les repatee o lo que sea y los goliardos intentaremos convertirla en banda sonora de algo. Es decir, diremos en qué tipo de escena pondríamos esa canción. Si estamos de buenas incluso puede que escribamos dicha escena.

Las canciones se pueden mandar por los comentarios o al correo que viene en el perfil. A ver qué tal va el experimento...

viernes, 25 de noviembre de 2011

El Tribunal Estético de la Inquisición en Mañoland

El Tribunal Estético de la Inquisición tiene bastante trabajo en Mañoland, una ciudad de gente agradable pero poco dada a valorar lo que tiene y tendente a despreciar y destruir su rico patrimonio artístico.

Pero hoy el Tribunal Estético de la Inquisición simplemente quiere llamar la atención sobre un hecho que ocurre en infinidad de lugares. Se trata de edificar sin atender al entorno.

Las casas que ven en las imágenes inferiores son bastante anodinas tirando a feas pero el Tribunal Estético de la Inquisición no se detendría en ellas si no fuera porque están justo enfrente del Pilar, la Seo, la Lonja y el Puente de Piedra, es decir, los lugares más emblemáticos del casco histórico de Mañoland.

Así, mientras los habitantes de estos edificios disfrutan de una privilegiada posición y grandes vistas, los mañolandeses y turistas que van al lugar más sacro de la urbe tienen que sufrir la presencia de tan poco decorosos edificios. Más ahora que se han devuelto a la vida las orillas del Ebro convirtiéndose en un entorno la mar de agradable para el paseo, pero turbado por estos chamizos execrables.


Por lo tanto, el Tribunal Estético de la Inquisición puede condenar y condena:

a una ronda de collejas severas a los aprovechados habitantes de estos edificios.

a morir colgados bocabajo de la torre Noroeste del Pilar a los arquitectos, ingenieros y trabajadores de urbanismo responsables de la existencia de estos engendros en el sacro lugar. Se les arrancarán los párpados para que no puedan dejar de mirar los edificios de enfrente y se les cubrirá de maiz para que los deboren las temibles palomas asesinas de Mañoland.

El Tribunal Estético de la Inquisición ha dicho.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cuento luso

Burbujeante expectación en el aeropuerto de Lisboa, en el siguiente avión llega a la capital lusa una de las más bellas estudiantes erasmus del próximo curso, la florentina Giovanna Z.

El avión se aproxima, los fotógrafos intentan superar el cordón policial, sin éxito, algunos jóvenes se desmayan (unos pocos de ellos por el calor, la gran mayoría ante la emoción de ver en persona a la hermosa fémina). La nave se detiene, ¡qué nervios!, la espera se está haciendo interminable, por fin colocan la escalera y... ¡ahí está! ¡ahí está! La espectacular muchacha saluda desde lo alto, sonriente, su cara es todo sonrisa y gafas de sol, astro que brilla en su gracioso pelo. Emprende el descenso, ¡con qué estilo mueve sus interminables piernas! Llegan varias ambulancias para poder atender a todos los desmayados.

La hermosa Giovanna Z. esquiva a la prensa local, sin dejar de ser amable y, cuando llega a la salida de la terminal se sorprende de ver entre la multitud, asomando entre cabezas y cámaras fotográficas, un cartel con su nombre escrito a mano (con mala letra). Lo debe sostener alguien muy bajito, al acercarse, Giovanna Z. descubre por fin al extraño individuo, se trata de el Fary.

Giovanna Z.: Pero... ¿tú no estabas muerto?

El Fary: No, fingí que la palmaba para poder venir a Portugal de incógnito, es que... la ilusión de mi vida era aprender a cantar fados y en España mis productores no me dejaban.

Giovanna Z.: Vaya.

El Fary: Conscientes del barullo que tu visita iba a deparar, me envía el Ministerio de Cultura portugués para que te ayude a encontrar piso.

Giovanna Z.: Gracias, qué amables...

El Fary: De nada, hombre. Sígueme.

Ambos salen para coger un taxi. “Al Largo do Chiado, por favor” indica el célebre cantante.

El Fary: Podríamos tomar algo en el Café a Brasileira antes de ir a mirar los pisos.

Giovanna Z.: Vale.

Y eso hacen. Giovanna pide un café, el Fary un cognac.

El Fary: ¿Sabes? Me encanta Pessoa - y señala la estatua. Entonces, frunce el ceño, hay alguien detrás de Pessoa que asoma un poquito su cabeza, primero junto a la del escritor, luego por el costado, finalmente entre las piernas - ¡Hola! Siéntate con nosotros. Es Dustin Hoffman – explica – que está preparando su primera película como director.

Dustin Hoffman: Así es, quiero filmar una biografía sobre el Fary – saluda a Giovanna Z. con dos besos – Oye, eres realmente preciosa, quizá te interese algún papel en la película.

Giovanna Z.: Oh, gracias Dustin, pero ando un poco liada. De todas formas, pásame el guión que seguro es interesante. Igual cambio de idea.

Dustin Hoffman: Así haré.

El Fary: Estoy ayudándola a buscar piso para su año de erasmus.

Dustin Hoffman: Puedes considerarte afortunado.

El Fary: Sí, la vida siempre me ha sonreído.

Giovanna Z.: Venga ya, basta de adulaciones, me vais a hacer sentir incómoda...

El Fary. Será el cognac, que me pone sentimental. Pero trataré de no ruborizarte, vayamos de inmediato a ver la primera casa.

El popular cantante y Giovanna Z. se despiden del Sr. Hoffman para dirigirse al elevador de Santa Justa, pues el primer piso de la lista que porta el Fary está en la Baixa. “Ese torito, este torito guapoooo”, canturrea mientras descienden y también mientras pasean por el barrio, disfrutando de un día muy agradable.

“Es ahí enfrente”, dice el Fary señalando una casa de azulejos, y ambos cruzan en cuanto pasa un tranvía. Llaman al timbre. Una interferencia delata que han descolgado el telefonillo, pero no se oye a nadie.

El Fary: ¿Señor Marcellini? Soy el Fary, venimos a ver el piso...

Sr. Marcellini: Subid.

Es un viejo edificio, de comienzos del siglo XX. El ascensor, protegido por una reja, está averiado, tienen que utilizar las escaleras. Cuando llegan al tercer piso les espera un hombre de unos setenta años, con coleta, en bata.

Sr. Marcellini: Bienvenidos a mi humilde morada.

Acceden a su casa, de techos altos, muebles barrocos y paredes sucias. Se percibe un extraño, fétido olor. Tras las presentaciones oportunas, interviene el Fary:

El Fary: Nos sorprende Sr. Marcellini, lo barato de su oferta: 150 € por un cuarto de 30 metros cuadrados en una casa céntrica de 200 metros cuadrados, con tres baños y terraza...

Sr. Marcellini: Le seré franco. Sólo busco un poco de compañía y unos ingresos estables, aunque sean mínimos, que contribuyan a equilibrar mis cuentas.

Giovanna Z.: ¿A qué se dedica Sr. Marcellini?

Sr. Marcellini: Al contrabando. Les mostraré.

El anciano les guía a través de pasillos caóticos y desordenados. Llegan a un cuarto lleno de ordenadores, colocados en columnas de hasta 10 CPUs de altura.

Sr. Marcellini: Discos piratas de Franco Battiato, un negocio que me apasiona pero que está en grave decadencia. Pero mi mayor fuente de ingresos la verán en mi bodega – atraviesan otro pasillo, donde el olor se vuelve cada vez más insoportable hasta llegar a un cuarto oscuro lleno de moscas -. ¡Queso! Elaboro queso, y no uno cualquiera, sino el Casu Marzu típico de mi Cerdeña natal, prohibido porque se potencia la fermentación con larvas de la mosca del queso.

El Fary: Qué interesante, ¿lo puedo probar?

Sr. Marcellini: Por supuesto.

Giovanna Z.: Mmm, gracias por mostrarnos todo esto, pero creo que este piso no es lo que estaba buscando...

Sr. Marcellini: ¿No quieres ver el que sería tu cuarto?

Giovanna Z.: Quizá en otro momento…

La joven sale de la casa, en un par de minutos aparece el Fary, relamiéndose.

El Fary: Un tipo simpático el Marcellini éste...

Bajan las escaleras y el cantante saca de nuevo la lista.

El Fary: Tenemos que ir al Barrio de Belem. ¡Taxi!

El hábil conductor, viéndoles extranjeros, da una notable vuelta para incrementar el precio del viaje, recorriendo la Baixa, la Praça do Comercio, las inmediaciones de Alfama, otra vez la Baixa, el Rossio, la plaza del Marqués de Pombal, y el Barrio Alto hasta llegar por fin a la costera Avenida del 24 de julio para pasar junto al puente 25 de abril y seguir hasta el Barrio de Belem, donde se acerca a la torre homónima y al Monasterio de los Jerónimos.

Giovanna Z.: Joer... menuda vuelta.

Taxista: Espero que les haya gustado.

El Fary: No ha estado mal, aunque hubiera salido más a cuento pillar el bus turístico y fumar en la parte de arriba.

Taxista: Que les den.

El Fary: Me cago en tu madre, los taxistas españoles son más educados, y escuchan mis canciones (cuando no están con la COPE...).

El cantante se arremanga con actitud vehemente y agresiva, pero el taxista arranca antes de que la cosa llegue a más. Giovanna Z. trata de calmar a su cicerone y cuando lo consigue (algo no muy difícil con semejante sonrisa), caminan hasta un pequeño chalet.

Les abren siete chavalines de unos 10 u 11 años, al parecer niños prodigio, todos ellos con gafas, algunos increíblemente parecidos. Dos visten de hare krishnas, otro declama afectadamente las luisiadas, uno tiene tatuado en su diminuto brazo “Manoel de Oliveira es el mejor”. Giovanna Z. mira interrogativamente a el Fary.

Giovanna Z.: ¿Estás de coña?

El Fary: ¿Tampoco te gusta éste? Si aún no lo has visto...

Giovanna Z.: Siguiente.

El Fary: Hay que volver al Chiado.

Giovanna Z.: También podrías haber ordenado los pisos por zonas...

El Fary: Es que me gustan el desorden, el caos y el anarquía.

Giovanna Z.: Quién lo iba a decir...

El taxista que les transporta esta vez es un angoleño afable que escucha Etoile de Dakar. Les deja en su destino sin percances. El portal del edificio está abierto, así que el Fary y la bella Giovanna Z. suben hasta la casa que buscan, en el cuarto piso.

Giovanna Z.: También está abierto...

Entran. Se trata de una casa antigua, como la primera, pero aquí huele a libros y quizá un poco a rancio. En el vestíbulo hay unos caballitos de tiovivo, y una alfombra roja apolillada recorre un pasillo pintado a rayas blancas y negras. Pasan por varias habitaciones que parecen deshabitadas, en una hay una piscina de bolas, en otra juguetes de cuerda parados, en la tercera un elefante disecado en la postura del loto.

Llegan a una biblioteca. Frente a la ventana, de espaldas a la puerta, alguien está sentado en una mecedora. Su figura, a contraluz, le resulta familiar a Giovanna Z.

Espectro de Saramago: Me preguntaba qué ocurriría si la gente pudiese teletransportarse... si, por ejemplo, yo pudiese venir desde mi palacio de ultratumba hasta esta mecedora.

“Ni puta idea” responde alguien, ¿de quién se trata? Giovanna Z. mira a su alrededor y comprende que la ventana del cuarto no da a la calle sino a un universo paralelo o a un infierno paralelo donde todo es desolación. Quien ha hablado es Beetlejuice, que cabalga sobre una serpiente de arena de cuya cabeza sale otra cabeza para devorar a Giovanna Z.

Y los infortunados lusos se ven privados de su sonrisa y su hermosura y El Fary, saudoso, llora un fado.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Desnudo campestre integral

Hoy os dejo dos bellos posados que capté durante un fin de semana eremítico. Como sé que la mayor parte de los lectores de este blog tiene la mente la mar de sucia aclararé que uno es un fotógrafo muy profesional y nunca se acuesta con sus modelos.


domingo, 23 de octubre de 2011

Party Boy, la Mujer Pájaro y otros goliardos la lían juntos junto al Gállego


Los goliardos tienen la sana y peligrosa costumbre de celebrar las cosas cómo y cuando les sale de los coj****. En esta ocasión, se han juntado para homenajear a la Mujer Pájaro tras su boda mediante una bienvenida de casada que contraviene la muchas veces vituperable tradición de las despedidas de soltero o soltera.

Lobo de Bar ultima los preparativos en un concierto junto a Mr. White, consorte de la Mujer Pájaro y al día siguiente, viernes, acude a su hogar junto a Sergéi (a veces conocido como Sir Gay) para perpetrar el secuestro. La goliarda no esperaba el acontecimiento y lo afronta con cierto temor, pues de sobra conoce a los degenerados que se la llevan.

El viaje transcurre sin incidentes, se consume cerveza sin exceso, se deposita a los dos primeros subequipos en una casa rural y se va en busca de Zé Tubarao, de retiro espiritual en los Pirineos.

La idea era que la primera noche fuese reposada para madrugar al día siguiente. Un mensaje de Zé Tubarao a las 6 de la tarde (“sé que no era el plan pero tengo ganas de tajarme esta noche”) puso en alerta al resto de goliardos que, tras una rápida cena en el Ruralpub y una noticia deslumbrante, empezaron a beber sin medida.

A las 9:30 de la mañana suena el despertador del Goliardo Elegante, se lo había dejado en el salón, donde duerme Lobo de Bar. Viendo que nadie va a apagarlo, el blasfemo individuo suelta un estentóreo “mecagüendiossss” que despierta al resto de habitantes del lugar.

Algunos goliardos habían dormido realmente poco tras la inmoderada ingesta etílica y las olvidadas conversaciones orbe-resolutivas de la noche anterior, y han de desayunar cerveza en vena para volver a ser algo parecido a personas.

Han contratado un descenso en canoa por el Gállego. El río no está muy bravo, pero sí lo suficiente como para que en el primer rápido vuelquen todos los resacosos navegantes. Por suerte, ninguno muere, e incluso muestran mayor habilidad que unos guiris que van en el grupo.

Superada la prueba, los goliardos van a comer a un restaurante pasable. La idea era alimentarse con algo ligero, cosa que la mayoría cumple pidiéndose unas digestivas alubias con oreja. De postre, gintonic. Probablemente no es el menú que hubiera recomendado un dietista antes de ponerse a jugar un paintball. Y ese dietista hubiera tenido razón. Más de uno estuvo a punto de echar la tralla mientras se arrojaba de una trinchera a otra o se cebaba disparando a la Mujer Pájaro.

Tras la divertida experiencia, los goliardos visitan a un excompañero de colegio que se ha dado a la vida retirada y al deporte después de protagonizar épicas acciones en su adolescencia, como ser campeón juvenil de España de 1.500 metros, campeón sub-21 de 1.500 birras y récord mundial (aún hoy imbatido) de meada larga (2 minutos 42 segundos).

Esta vieja gloria del atletismo y la farra se apunta a la cena, una suculenta barbacoa que prepara Túbal para celebrar la bienvenida de casada y su reciente cumpleaños. Cuando los goliardos están ahítos de chuletas, longanizas, quesos y chorizos pirenaicos, el excesivo goliardo montañés saca como postre dos hermosísimos chuletones con los que clausurar la cena y dar comienzo a una esperpéntica fiesta de disfraces.

El más aclamado es, de largo, el de Party Boy que luce Zé Tubarao, no apto para ojos sensibles. La Mujer Pájaro es vestida de colegiala antierótica con gafas de culovaso. Su consorte Mr. White ha rechazado a última hora el de polla de dos metros para ponerse uno más discreto de Mr. Increíble y no quitar protagonismo a su homenajeada y paciente mujer. No faltan los disfraces regionales: Sergéi se viste con una clásica indumentaria escocesa, Túbal de berebere y el Goliardo Elegante con la típica del Tirol. Al récordman de meada larga le prestan un disfraz de vampiresa, Lobo de Bar apenas necesita atrezos para convertirse en El Nota, más habiendo traído ingredientes para prepararse un ruso blanco. A Mr. & Mrs. Voodo les da por el rollo eclesiástico y se disfrazan de fraile y monja respectivamente.

Para la ocasión hay preparado un Opájaromotxo, una versión personalizada del Ocalimotxo con pruebas como abrazarse a una farola, al w.c., subir a un trineo, dar vueltas, tumbarse en el suelo, insultar a los demás, etcétera, etcétera, todo ello aderezado con una ingesta masiva de alcohol.

Antes de finalizar la partida escasean los hielos y la cocacola y dos valientes (el Goliardo Elegante y Lobo de Bar) se aventuran al Ruralpub en busca de existencias. El camarero era el mismo que había recibido una generosa propina en la cena de la noche anterior, pero lejos de mostrarse agradecido y cordial se iba a comportar como un auténtico capullo. Los goliardos, algo dispersos en su incursión, confraternizan con otros borrachos en su camino a la barra y, al llegar por fin a la misma se encuentran con una inesperada actitud hostil.

El camarero rastrero les vende una botella de 0,5l de pepsi (no hay cocacola) al módico precio de 4€ y les dice que no tiene hielos para darles, ni siquiera un puñado de la bolsa que hay a la vista. Lobo de Bar sabe que para un bar no es negocio vender hielos y ofrece 10€ por una bolsa diciendo que no van a ir allí les venda hielos o no y que esa es su última oferta. El camarero insiste en que no tiene suficientes y Lobo de Bar ceja en su empeño y trata de consolarse tirándole la caña a la única chica pasable del bar mientras se retira, pero entonces, el Goliardo Elegante advierte una cámara de helados e intuye que habrá hielos. Los hay, a mansalva. Lobo de Bar, enfurecido, la revienta y se hace con una bolsa. Misión cumplida, aunque no de la forma más cívica. Los goliardos advierten que de camino a la casa rural hay una máquina con botellas de cocacola de medio litro a 1€, mandan la pepsi a tomar por el culo.

El juego continúa, la embriaguez es generalizada e incluso obscena, y aún hay una nueva expedición al ruralpub para lucir los disfraces, con resultados no mucho mejores que en la anterior: no les sirven alcohol y el ambiente ha degenerado en decrépito. Lobo de Bar transfigurado en Perurena lanza como despedida un pedrusco contra el cartel del tugurio, sin acierto. Para quitar el relativo mal sabor de boca caen unos cuantos camiones cisterna de alcohol adicionales antes de que los más degenerados componentes del grupo decidan ir al sobre.

La fiesta termina a una hora indeterminada, los goliardos duermen no muy placenteramente y se levantan para hacer una breve excursión, comer y regresar a sus respectivos hogares resacosos pero felices tras un fin de semana de los más completo, tras una convivencia sana y placentera, óptima para la exaltación de la amistad.



Se dirán que este vídeo no tiene nada que ver con el resto del post. Se equivocan. Lo cantan "Los del río" y es tan absurdo como la cogorza del relato. Quizá piensen que deberíamos haber puesto "The river" de Mr. Springsteen, y ahí quizá sí tengan razón.

Última hora: el abogado de Zé Tubarao nos permite mostrar una instantánea de su ínclito disfraz como Party Boy:


Ahí queda eso...

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Profesor Marmordo insiste

Dr. Strangelove: El enamoradizo goliardo no ha recibido respuesta a su arrojado acto de amor y se ha decidido a volver a intentarlo, está dispuesto a mandar otra epístola:

Información extraída de wikileaks:

(Con gesto contrariado, Marmordo marca un número en su teléfono, es el del Sr. Destino. Como durante toda la tarde, comunica).

Marmordo (hablando solo en una habitación casi a oscuras, iluminada por una vela, un tanto sobreactuado): Y ahora, ¿con quién puedo hablar sobre este espinoso asunto? Hace un rato probé con la Divina Providencia, pero está de vacaciones. Quizá sea mejor tratar con seres terrenales...

(Una explosión un tanto defectuosa genera una nube de humo que se va definiendo hasta convertirse en el espectro de Jesús Puente)

Jesús Puente: Hola, muchacho, veo que necesitas ayuda.

Marmordo: Sí, pero... bueno, no sé, desde que le vi haciendo como que se metía una raya en La estanquera de Vallecas, la imagen que tenía de usted se ha deteriorado... no sé si es la persona adecuada para comentar mis cuitas.

Jesús Puente: Mira, hijo, eso fue hace mucho tiempo. Has de tener en cuenta que luego trabajé muchos años en Su media naranja y en Lo que necesitas es amor, y soy todo un experto en estas cosas. He visto muchos lanzamientos a la piscina, pero el tuyo de la semana pasada (que seguí desde el más allá) me pareció muy interesante...

Marmordo: ¿Sí? Gracias, supongo, pero... no me ha respondido.

Jesús Puente (levantando ambas manos para pedir calma): Lo sé, lo sé. Pero no te precipites. Han podido suceder muchas cosas... puede que ya use esa dirección de correo, o que la mire muy de vez en cuando, o que al ver tu mail sin saber de quién era lo borrase sin leerlo...

Marmordo (apenado): ... o puede que lo leyese y que no haya querido responderme...

Jesús Puente (conciliador): Es posible, pero no lo creo, no veo a una chica que tiene una sonrisa tan dulce sin responder a un correo así, aunque fuera para declinar tu invitación.

Marmordo: Y, entonces, ¿qué hago?

Jesús Puente: Pues yo contrataría a un detective profesional para averiguar su teléfono o, mejor aún, la llevaría a algún programa de la tele, uno del estilo de esos que presentaba yo...

Marmordo: Mmm, creo que esas son medidas muy extremas señor Puente, que apenas la conozco, ¿no habrá vuelvo a consumir usted sustancias ilegales?

Jesús Puente: No, ¡por favor! Simplemente te comentaba lo que yo haría. Si quieres probar alguna otra estrategia cutre como mandarle otro correo que puede que no vea, adelante...

Marmordo: Bueno... mandarle otro correo sin saber si le va a llegar tiene cierto encanto, es como si tirase al mar un mensaje en una botella...

Jesús Puente: ¡Venga ya! y luego soy yo el exagerado...”


domingo, 16 de octubre de 2011

Ignorancia y prejuicios

Es difícil no caer en ambos pecados. Yo por ejemplo pensaba en tiempos que Nine Inch Nails era un grupo popero para adolescentes porque vendían mucho en los USA y porque usaban sus iniciales para casi todo. Hasta que no me enteré de que la desgarradora Hurt de Johnny Cash era una versión de una canción suya no me dio por escucharles. No imaginaba que me iba a encontrar con un sonido tan chungo.

martes, 11 de octubre de 2011

Vuelva usted si quiere, pero le volveremos a joder

13:06 en la DGT de Zaragoza.

Segurata infame con cara de torcuato: Lo siento, está cerrado.

Lobo de Bar: Mmm, pero si su horario es hasta las 14 horas.

Segurata infame: En Fiestas del Pilar salimos a la una.

Lobo de Bar: En internet pone que el horario reducido es únicamente el día 13, hoy es 11.

Segurata infame: Eso es lo que pasa, que la gente no hace las cosas por internet.

Lobo de Bar: Encima no me toque los cojones, que por internet no se puede hacer, que lo he mirado.

Segurata infame: Venga otro día.

Lobo de Bar: Pues resulta que con su amplio horario de atención al cliente (de 9 a 14 horas) no puedo porque entro a trabajar antes de que abran y salgo después, además de volver por la tarde, así que me he venido hoy, en mi día libre, porque ¿sabe?, hacer trámites administrativos que se deberían poder hacer por internet es el plan que más me apetecía.

Segurata infame: ¿Y no puede mandar a alguien en su nombre?

Lobo de Bar: No, soy huérfano, viudo y no tengo amigos, y ya que he venido hasta casa de Cristo en mi día libre para hacer un puto trámite de mierda que no debería durar más de lo que llevo discutiendo con usted, me gustaría irme con el asunto solucionado.

Segurata infame: No va a poder ser, sólo queda una persona y está cerrando, si hubiera llegado 10 minutos antes, ha tenido toda la mañana...

Lobo de Bar: Claro, tiene toda la razón, no debería haberme fiado de que cumplieran sus durísimos horarios, pero es que mire, estaba muy ocupado follándome a su hermana la bizca, y, aún así, hubiera llegado bastante antes si el servicio público de bicis funcionase apropiadamente y hubiese habido alguna disponible en un kilómetro a la redonda de mi casa.

Segurata infame: Mire, déjeme en paz, no es culpa mía.

Lobo de Bar: Ya sé que no es culpa suya, es culpa mía por venir en mi día de fiesta dentro del horario que se supone deben cumplir.

El indómito goliardo intenta agredir al segurata, pero éste está refugiado tras una verja metálica y no le puede alcanzar. Huye como una rata al interior del edificio, Lobo de Bar menta a su familia y cosas mucho peores que no me atrevo a reproducir.


PD: Un abrazo a los funcionarios que sí trabajan y no se merecen el tópico.

sábado, 8 de octubre de 2011

El Profesor Marmordo escribe una presunta carta de amor

Dr. Strangelove: El Profesor Marmordo, herido en su orgullo tras los infructuosos intentos que vimos el otro día, ha escrito la siguiente carta.

Hola!

Soy el Profesor Marmordo, amigo de Lobo de Bar y de los chicos de Tucson. Supongo que te extrañará que te escriba... así que me explicaré. El otro día, mirando unos correos antiguos, encontré por casualidad tu dirección y, ante tan extraño suceso, me dio por conversar con el Sr. Destino:

Marmordo: ¿Has sido tú quién ha hecho llegar hasta mí este correo?

Sr. Destino: No respondo a este tipo de preguntas, pero un psicólogo te diría que estás proyectando un deseo, todo por culpa de no decidirte a invitar a un café a tan hermosa fémina cuando la viste en La caja tonta.

Marmordo: Vaya, pensaba que serías más concreto. No me resultas de mucha ayuda.

Sr. Destino: Y yo creo que estás dramatizando demasiado al recurrir a mí. Mira, piensa lo que te dé la gana, y decide por ti mismo si quieres aprovechar esta oportunidad para proponerle tomar un café o si prefieres seguir esperando a encontrártela en algún sitio. Eso sí, si le transcribes esta conversación igual piensa que estás un poco pirado.

Marmordo: Mmm, pues no sé...


Es arriesgada, pero lo cierto es que me gusta más.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El Profesor Marmordo intenta escribir una carta de amor

Dr. Strangelove: El siempre atribulado Profesor Marmordo me cuenta un caso que le atormenta. Al parecer, hay una chica que le gusta (toda una novedad) pero la ve muy de vez en cuando y nunca le ha expuesto sus sentimientos porque la conoce como amiga de una mujer a la que amó y le da corte decirle nada. Recientemente ha encontrado su dirección de correo y me pregunta si sería conveniente que la escriba.

Le digo que por supuesto, que sus escritos son una de sus mejores bazas. Conocemos su afán por montarse películas y su timidez, ligar cuerpo a cuerpo no es lo suyo. Quizá con una carta de amor al viejo estilo consiga algo. Me manda la siguiente:

“Hola!

Soy el Profesor Marmordo, amigo de Lobo de Bar y de los chicos de Tucson.

Supongo que te extrañará que te escriba, lógico... Me explico: el otro día mirando unos correos antiguos encontré por casualidad tu dirección. Cuando te vi en La caja tonta me arrepentí de no haberte invitado a tomar un café un día, porque siempre me has despertado curiosidad y tenía ganas de conocerte, pero las pocas veces que te veo se me hace un poco raro y al final no me atrevo a decirte nada... bueno, el caso es que al encontrar tu dirección me dije que tenía otra oportunidad de decírtelo..

Así que este embarullado mail es para eso, para preguntarte si te apetece quedar un día a tomar algo...”

No me convence en absoluto. El bueno del profesor intenta hacerse el tipo torpe y entrañable que tanto hemos visto en las películas románticas americanas. Ya se habló en una ocasión de aquello. No es realista.

El Profesor Marmordo intenta rehacerse con un escrito más escueto y menos confuso:

“Hola!

Soy el Profesor Marmordo, amigo de Lobo de Bar y de los chicos de Tucson. Supongo que te extrañará que te escriba... El otro día, mirando unos correos antiguos, encontré por casualidad tu dirección, y he pensado que podría invitarte a tomar un café o una cerveza. ¿Te parece buena idea o crees que estoy pirado?”


Ahora busca claramente mostrarse como un tipo duro y moderadamente enigmático, sin éxito. No es lo suyo. Le recomiendo que use su imaginación y que prepare otra carta...


jueves, 29 de septiembre de 2011

Jordinymous

Para no pagar derechos a la Warner, los anonymous han decidido cambiar sus máscaras de V de Vendetta por otras con el jeto de Jordi Hurtado.

Al principio hubo alguna protesta, había mucho fan de la peli y de Guy Fawkes entre los anonymous uno se atrevió a decir:

Anonymous (uno): A mi Jordi Hurtado se me parece a Roberto Bolaño y no sé, me da cosa utilizar su imagen en vano.

Anonymous (otro): Venga ya, Bolaño no tenía esa cara de pringado y, sobre todo, fumaba, Bolaño fumaba, coño.

Tampoco faltaron otras propuestas:

Anonymous (another one): Pues yo preferiría un careto de Jordi Estadella.

Anonymous (IV): Pero Jordi Estadella no era inmortal.

Anonymous (another one): Eso es cierto. Pero, ¿y de Jordi Estadella como Saturno devorando a Jordi Hurtado?

Finalmente, la oposición fue vencida con facilidad, no cabía duda de que la máscara de Jordi Hurtado era la más aterradora de las posibles.

Envalentonados salieron a tomar las calles. Sembraron el caos. Cundió el pánico. Llegaron las fuerzas del orden antes de que se hicieran con el control absoluto del mundo, pero fue en vano, porque los Anonymous habían encontrado el arma más mortífera del mundo, y no, no era el chiste de los Monty Python:



Sino el rap de Saber y Ganar:

domingo, 18 de septiembre de 2011

Comedias españolas recientes

Dr. Strangelove: Nacho García Velilla introdujo con 7 vidas un humor novedoso en el desolado panorama patrio de las series para televisión. Después de abusar de la fórmula en Aída llegó al cine con Fuera de Carta. Pero hoy hablaré de Que se mueran los feos, una película que no funciona. Busca un frescor que resulta impostado y la historia de amor entre Eliseo el Feo y Nati ni es novedosa ni interesante, además de que las gracias son rancias y mil veces repetidas. Creo que esta película es una muestra de agotamiento de un director que debería tratar de reinventarse.

Borja Cobeaga también empezó dignificando la caja tonta con el memorable programa Vaya semanita. Su salto al cine fue esperanzador. Pagafantas es una comedia divertida y que dentro de un mundo de tópicos trata de darles una vuelta para superarlos. En No controles también da gran importancia a su guión, aunque en este caso tenga menos nivel y se traslade a la pantalla con menos gracia. En gran medida es una comedia romántica pero lamentablemente no consigue que termines de empatizar con ella. El personaje de Unax Ugalde es demasiado gris, carece de encanto, y los guiños que aluden a la historia de amor entre él y Alexandra Jiménez (a pesar del buen trabajo de esta última) son pobres (véanse Amelie, Quiéreme si te atreves u Olvídate de mí para ver parejas entrañables). Las situaciones son demasiado previsibles y se sobreexplotan dando lugar a una película bastante mediocre cuyo único aliciente es el personaje de Juan Carlitros, bien construido por Julián López. De hecho, los créditos finales (que protagoniza), son lo mejor de la película.

Daniel Sánchez Arévalo nos había ofrecido dos buenas películas en AzulOscuroCasiNegro y la infravalorada y amarga Gordos antes de dar un salto decidido a la comedia con Primos. La película arranca con un excelente prólogo-monólogo. A Quim Gutiérrez lo dejan plantado en el altar y dos peculiares primos tratan de consolarlo llevándolo a Comillas, donde veraneaban de pequeños. Allí la trama se repartirá entre los tres primos y sus respectivos hallazgos. Quim Gutiérrez definirá el carácter voluble y romántico de su personaje en el reencuentro con su primer amor, una cálida Inma Cuesta. Raúl Arévalo (en un personaje que va de más a menos) tratará de ayudar al borracho Antonio de la Torre y a su hija prostituta (Nerea Camacho). Por último, Adrián Lastra verá en el hijo de Inma Cuesta una semilla de su paranoia. La película no llega a sorprender y adolece de concesiones de dudoso gusto (como el bailecito en el pueblo), pero se salva y se ve con agrado gracias al interés que suscitan los personajes (muy bien interpretados) y al trabajado (aunque también demasiado visible) guión.

Menos interés tiene Spanish movie. Se parodian éxitos del cine español reciente sin demasiada gracia y con humor grueso, lo que tiene delito contando con un reparto que daba para bastante más.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El Tribunal Estético de la Inquisición en Marina d’Mort


Asaz preocupado por los datos que aportaron los goliardos en el post previo, el Tribunal Estético de la Inquisición acudió raudo a Marina d’Mort para verificar que tan terrible información era cierta.

Ante semejante indecencia estética, el Tribunal no puede ocultar su indignación. El citado centro turístico de sol y suicidio se haya en las cercanías de Valencia capital, concretamente en La Pobla de Farnals. No obstante, el Tribunal teme que no sea éste más que uno de muchos ejemplos de infamia estética que abundan en el otrora apacible litoral español.



A la vista de las fotos el Tribunal no considera necesario explicar el delito. La arquitectura del lugar es indefendible.

Pasemos a la sentencia.

El Tribunal Estético de la Inquisición sentencia a los arquitectos que diseñaron tales engendros y a los promotores y autoridades de urbanismo que se enriquecieron con semejante atrocidad a terrible muerte.

Aplicación de la sentencia:

Reunidos los culpables en un Hotel de exquisito diseño se les mostrarán las obras más representativas de la arquitectura mundial de los últimos 50 años. Cuando hayan aprendido a distinguir lo bello de lo horrendo se les pondrá, atados de pies manos y ojos (al más puro estilo Naranja Mecánica), viendo los detritus que dejaron en La Pobla de Farnals durante 111 horas seguidas.

Si alguno muere en el intento, se le resucita.

Cuando Santiago Calatrava dé la señal (consistente en una bofetada a cada uno de los implicados), los culpables tendrán que demoler toda la Pobla de Farnals a cabezazos. Para hacerles más grata la misión se les colocará en la testa un casco con clavos por dentro.

Una vez terminada la tarea el Dr. Seno traerá unos cuántos de sus experimentos a los que podrán mirar pero no tocar. Los miembros de aquellos culpables que no mueran por erección serán cercenados y arrojados a los perros. Sus portadores morirán desangrados. Si hubiese algún culpable mujer u hombre homosexual inmune a estos castigos será penetrado por una ballena azul hasta reventar.

Mención especial:

A los responsables de la ley de costas que no contentos con no detener semejantes despropósitos a tiempo la cagaron aún más prohibiendo los chiringuitos en la playa (único solaz en lugares infandos como La Pobla de Farnals) también se les condena a terrible muerte.

Se les enterrará en la ardiente arena de la playa de La Pobla de Farnals hasta el cuello, se vaciará despectivamente sobre sus rostros un litro de birra con pimienta y se utilizarán sus cabezas como pelotas de golf y balones de fútbol hasta que no quede nada de ellas. Para terminar, unos camellos orinarán sobre los cuellos decapitados.

El Tribunal Estético de la Inquisición ha dicho.

sábado, 3 de septiembre de 2011

La comedia en el cine, una visión (y III).

Dr. Strangelove: Quizá sea por haber vivido aquí tantos años y por comprender mejor este sentido del humor que el de otros países, pero considero que España es un país privilegiado en cuanto a comedia. Y no hablo del landismo, de Pajares, Esteso, Ozores o de Paco Martínez Soria, que pueden tener su punto de encanto bizarro pero no sobreviven a un examen crítico.

El gran maestro de la comedia negra Luis García Berlanga nos ha dejado obras maestras como El Verdugo, Bienvenido Mister Marshall o Plácido, y notables como Calabuch, Los jueves, milagro, o la trilogía de La escopeta nacional. Quizá estemos hablando del mejor director que ha desarrollado su carrera en España. Sus películas destilan humor negro e inteligencia y si no ha tenido una mayor repercusión internacional probablemente sea por lo castizo de su visión, puede que no muy exportable.

Y si hablamos de Berlanga no podemos dejar de nombrar al gran guionista Rafael Azcona, autor o coautor de muchos de sus guiones y que también trabajó por ejemplo con el italiano Marco Ferreri, que nos dejó películas entrañables, sociales y crudas como El pisito o El cochecito.

Porque en España hubo en aquella época una cantera de actores realmente memorable. Hablo de José Isbert, Jose Luis López Vázquez, Luis Ciges, Rafael Alonso, Manuel Aleixandre, Agustín González, Chus Lampreave o Fernando Fernán Gómez, y algo después José Sacristán, Ramón Barea, Gabino Diego, Enrique San Francisco o incluso Antonio Resines antes de que se volviese cansino.

De los tiempos del cine en blanco y negro tuvimos otros directores cómicos a mencionar como José María Forqué y su Atraco a las tres. Y entre los actores mencionados, Fernando Fernán Gómez dirigió alguna comedia dramática como El viaje a ninguna parte, ya en los 80.

De Buñuel ya hablé algo y lo poco que dirigió en España no se puede calificar como comedia, aunque haya algún toque muy negro en Viridiana y en Tristana.

De los 80 y 90 destacaré el humor absurdo de José Luis Cuerda en Amanece que no es poco o El bosque animado, las películas cañís de Almodóvar antes de que se pusiera serio (Mujeres al borde de un ataque de nervios), la gamberra Airbag de Juanma Bajo Ulloa, tantas veces imitada sin éxito, y también el personal, tenebroso y lúdico mundo de Alex de la Iglesia (El día de la bestia, La comunidad).

En los últimos años estamos viviendo una renovación del género relativamente esperanzadora gracias a la fértil cantera de Muchachada Nui, Vaya semanita y, en menor medida, 7 vidas, si bien, hasta la fecha han conseguido mayores logros con sus sketches que con sus películas.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La comedia en el cine, una visión (II)

Dr. Strangelove: Hablamos el otro día sobre la comedia en el cine desde una perspectiva bastante anglosajona, que como en casi todo el mundo del séptimo arte nos ha ofrecido tanto obras maestras como infames bazofias.

De Reino Unido ya hablamos de los geniales Monty Python y su humor surreal y de Guy Ritchie con sus primeras películas. El célebre humor inglés nos ha dejado comedias clásicas como El quinteto de la muerte, Ocho sentencias de muerte, etcétera. Pero sobre todo grandes comediantes como Peter Sellers.

Hay muchos países con poco o ningún sentido del humor o que directamente no tienen jodida gracia. No obstante, estoy dispuesto de tragarme mis palabras si alguien me recomienda una comedia divertida y memorable de Suecia, Noruega, Suiza, Bélgica, Holanda o incluso Alemania. Bueno, y no hablemos de países del Este de Europa como Polonia, Hungría, la República Checa o Rusia...

El humor asiático puede parece un poco marciano a un espectador Occidental, pero yo por ejemplo sí que le encuentro la gracia a películas de Kitano como Zatoichi o El verano de Kikujiro, o a los pasotes de Miike en Japón y también a alguna comedia Coreana que ya comentamos, si bien, no hablamos de obras maestras.

Si buscamos en Iberoamérica, destacaré el humor negro del cubano Tomás Gutierrez Alea (La muerte de un burócrata), y también se pueden encontrar comedias interesantes, muchas veces sutiles, en Argentina (El hijo de la novia). En México tienen un humor particular, como se aprecia en la tenebrosa El esqueleto de la señora Morales o en la reciente El infierno, además de en obras de Buñuel como Simón del Desierto o Vida criminal de Archibaldo de la Cruz.

Volviendo a Europa, no podemos dejar de hablar de la gran comedia italiana, donde hallamos obras maestras de Fellini (Amarcord, 8 y medio) o de Mario Monicelli (Rufufú, Habitación para cuatro, Un quinteto a lo loco), la magnífica Divorcio a la italiana de Pietro Fermi y otros autores notables como Ettore Scola, Roberto Benigni o Nani Moretti. Salvo los dos últimos, el resto de directores y películas forman parte de lo que se conoce como comedia all’italiana, y que contó con intérpretes de la talla de Marcello Mastroianni, Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Totò o Giancarlo Giannini.


Los franceses tienen muchas cosas buenas, pero no creo que destaquen por ser divertidos. Aún así, tienen a una figura mítica de la comedia como es Jacques Tati con su Monsieur Hulot, y obras tan encantadoras como Amelie, además del tono cómico de algunas obras de la Nouvelle Vague (Banda aparte, El amante del amor) y la aportación surrealista de Buñuel (El discreto encanto de la burguesía).

Quizá alguno piense que el sentido del humor es un tema climático, y que los nórdicos no tienen gracia, pero para contradecir el tópico encontramos en Finlandia a Aki Kaurismaki (Un hombre sin pasado, Contraté a un asesino a sueldo), personal y divertido, frente a mediterráneos como el griego Angelopoulos o al portugués Oliveira (traten de reírse con sus películas).

En los balcanes destaca la figura de Emir Kusturica, con comedias bizarras como la desternillante Gato negro, gato blanco, o la también dramática Underground.


Y llegamos a España, un país privilegiado en cuanto a comedia, pero eso lo veremos en otro post.

Para despedirnos por hoy, una bonita canción:


domingo, 21 de agosto de 2011

La comedia en el cine, una visión (I)

Dr. Strangelove: Siempre he pensado que hacer reír es un verdadero arte, y uno de los más difíciles.

En el cine, es relativamente fácil conquistar a un público bien predispuesto y poco exigente con esas comedietas para púberes con humor chabacano y de chistes trillados. En un día que estemos relajados estas películas pueden hacernos reír e incluso descojonarnos, pero desde un análisis serio, suelen ser una auténtica mierda, mediocres o, a lo sumo, pasables. Ejemplos: Dos tontos muy tontos, Algo pasa con Mary, Los padres de ella (respectivamente).

Si buscamos las comedias mejor valoradas por la crítica solemos encontrar lo contrario: grandes películas clásicas cuyo sentido del humor percibimos hoy algo rancio o incluso ñoño. Puede hacernos sonreír, a veces con condescendencia, pero rara vez nos hace soltar una carcajada. Ejemplos: Tiempos modernos, Ser o no ser, Una noche en la ópera, El maquinista de la general, Historias de Filadelfia, Arsénico por compasión, La fiera de mi niña...

Quizá la comedia negra es la que ha ofrecido las películas que mejor han compatibilizado calidad y profundidad con gracia, al menos para gente de gustos sombríos como un servidor. Aquí encontramos a Billy Wilder en posición de honor (Uno, dos, tres, El apartamento, Con faldas y a lo loco, Primera plana...) , a los hermanos Coen de El gran Lebowsky, a Guy Ritchie en Lock & Stock, al Woody Allen de, por ejemplo, Desmontando a Harry, y obras maestras como ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú.

El humor absurdo, tan del gusto de los goliardos, también ha estado bien representado. Sobre todo por los Monty Python cuando actuaban en equipo y, en menor medida, después, destacando la carrera como director del irregular y a veces genial Terry Gilliam.

Por estábamos hablando del cine americano y esto se puede extender en exceso, en el próximo post hablaré de la comedia en el mundo.

Os dejo la única escena que compartieron dos maestros:

miércoles, 17 de agosto de 2011

Cementerios. La Recoleta.

Habrá gente a la que visitar cementerios le parezca morboso o incluso de mal gusto. Yo creo que es interesante conocer la relación de un pueblo con la muerte.

Además, hay cementerios estéticamente impactantes, con su aire decadente, triste, romántico. Y digo triste pero hay incluso un cementerio alegre en Sapanta, Rumanía, que admito no conocer.

Y un cementerio es un lugar óptimo para meditar sobre la vida y la muerte, sobre la fugacidad de la existencia, la inutilidad de muchas de las cosas que perseguimos...

Dicen que la muerte nos iguala. No lo tengo tan claro, todos la palmamos, pero no sé qué pasa después, y unos caen en nichos de mierda y otros en barrocos panteones.

En el cementerio de la Recoleta, los próceres de la nación argentina descansan en vistosos mausoleos. Un día otoñal paseé meditabundo entre sus calles de muerte.




jueves, 11 de agosto de 2011

Lolita (x2)

Profesor Marmordo: La obra más conocida de Vladimir Nabokov es también una de las más famosas del siglo XX. A nadie le descubriré que es un libro trasgresor, aunque es una trasgresión intelectual y poco explícita.

Se nos ofrece el presunto diario de un presunto demente, Humbert Humbert, un gentleman europeo que se siente atraído por lo que llama nínfulas, muchachas prenúbiles de 9 a 13 años de unas determinadas características.

Es uno de esos libros de los que se suele decir que no pasan muchas cosas, pero es ese un examen superficial. Tras la aparente quietud y cotidianeidad se nos está hablando de temas trascendentes. De moral, por supuesto, pero también de amor, de incomprensión, de una sociedad podrida.

Y se nos presenta a uno de los personajes más interesantes de la literatura universal. Ese Humbert Humbert tan elegante e inteligente como patético, que vive (sufre y se deleita) obsesionado con un amor enfermizo, prohibido, unidireccional y caduco.

Dr. Strangelove: La adaptación al cine de Kubrick y el propio Nabokov es una muestra excelente de que las buenas conversiones no tienen por qué ser demasiado literales.

El libro era muy difícil de adaptar por la relevancia de su parte reflexiva. Se consigue no caer en el tedio o la sobreutilización de elementos narrativos no puramente fílmicos como la voz en off. Se delimita el número de escenas y se simplifican detalles prefiriendo intensidad sobre cantidad y se introducen algunos cambios relevantes como el prólogo, la mayor importancia del personaje de Quilty o la menor ninfulez de Lolita. El prólogo es una de las mejores escenas de la película, que hubiera sido bastante distinta (no digo que peor) de mantener el orden original. Sobre la elección de una Lolita de más edad pesó la censura, igual que en el tono “light”de la narración (el libro es poco explícito, la película probablemente lo es demasiado poco).

Es, en cualquier caso, una gran película, con un trabajo actoral de primer orden, que queda a medio paso de ser una obra maestra. Me pregunto cómo hubiera adaptado la obra Polanski, tan certero a la hora de presentar personajes truculentos, además de aficionado a las lolitas...

Hoy el término “lolita” ha pasado a las frívolas manos y bocas de la cultura popular.

lunes, 8 de agosto de 2011

En la montaña no hay reglas

Ese es uno de los temibles lemas goliardescos. La panda de degenerados cuyas cuitas solemos relatar en este blog sube de vez en cuando a las montañas para huir de la cotidianeidad y liarla incluso más que en el mundo urbano. Recuerden esta visita, y esta nefasta trilogía.

En su última excursión, Zé Tubarao y Lobo de Bar se superaron a sí mismos. ¿Qué hicieron?

  • Tardar menos de 10 segundos en servirse alcohol.
  • Beberse una botella de vino para luchar contra el frío.
  • Avituallarse con un litro de espirituoso para el camino a la carpa de Lanuza (llevando cada uno un guante de snooker para sobrellevar la gelidez del vaso).
  • Encontrarse con una bellísima zaragozana que uno de ellos desconocía.
  • Tener una laguna memorística de varias horas.
  • Liarse con alguien en ese lapsus.
  • Conseguir un pase de temporada para Pirineos Sur en ese mismo espacio de tiempo.
  • Vengar a Contador haciendo el camino de vuelta más rápido de la historia (y con mayor número de caídas por kilómetro, con las contusiones consiguientes).
  • Desayunar unas cervezas y una botella de sidra.
  • Bañarse en el río Aguaslimpias (15º en el exterior, 3º en el agua) ante la mirada estupefacta de la concurrencia.
  • Merendar unos vasos de oporto y una botella de pacharán.
  • Resultar lo suficientemente sospechosos a dos guardias civiles como para que detuviesen su ilustre coche, se bajasen y olisquearan perrunamente un cigarro de liar en busca de sustancias ilegales.
  • Asustar por su nivel de borrachera no sólo a gente normal sino también a sujetos que les conocen bien.
  • Buscar sin éxito setas alucinógenas.
  • Comer algo sólido por fin a las 9 de la noche para echarse luego la siesta y despertar a las 4 de la mañana.
  • Servirse espirituosos sin control mientras en la tele echan reposiciones de Cuéntame.
  • No morir en el intento.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Creo que es un buen momento...

...para poner un villancico.

Gran letra de los Pogues.

martes, 26 de julio de 2011

Las siete hermanas

El Sr. Iósif Stalin mandó construir en Moscú ocho rascacielos para conmemorar los VIII siglos de existencia de la urbe. Finalmente se erigieron siete, que son conocidos como las siete hermanas. Son unos edificios bastante curiosos, encajarían perfectamente en Gotham City con su aire gótico y sombrío, siniestro durante la noche. En su tiempo estuvieron entre los más altos de Europa y siguen siendo unas moles imponentes que se ven desde bastantes puntos de la caótica metrópolis. Para algunos serán una aberración, pero también son singulares y valdrían para ambientar un buen relato.

El otro día poníamos unas fotos de la Universidad Estatal de Moscú, quizá el más conocido de estos rascacielos. Desde aquella perspectiva rebuscada parecía una torre de Mordor, las siguientes son unas vistas más habituales.




Este es otro de los edificios, el del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia (casi nada).

Esto es el Kotelnicheskaya Naberezhnaya, contiene residencias de lujo.

Y aquí se ven un par más (uno al fondo), cerca de una de las estaciones de ferrocarril moscovitas, la de Kazán.


viernes, 22 de julio de 2011

Carpe Pulvem o El día que Marmordo no folló por culpa de Cela

Dr. Strangelove: Cometemos en la vida infinidad de errores, los goliardos incluso más que la media de la humanidad dada nuestra querencia por hacer las cosas mal, pero las cagadas del Profesor Marmordo son un espectáculo.

Una buena amiga sostiene que nunca se debe desperdiciar un buen polvo, y que un polvo no echado no se puede recuperar. Marmordo, goliardo soñador y distraído, no ha seguido tal consejo en muchas ocasiones.

Una de las últimas merece mi más sincera reprobación. Era jueves y el profesor se había retirado al Bar, ese templo de la sabidurida, con el objeto de terminar con San Camilo, 1936, de Cela, un libro que se le estaba atragantando.

Fue entonces cuando recibió la llamada que todo hombre desea: una sensual mujer con la que había intercambiado moderadamente fluidos, requería su presencia. Estaba borracha y aquello olía a sexo, a buen sexo incluso.

El inepto goliardo, tras pensárselo unos segundos, decidió que era más importante acabar con el jodido libro de Cela a base de un buen trasiego de alcohol. Intentó convencerse de que le daba pereza ir y de que con aquel rechazo ganaría atractivo para la hermosa dama.

Se acabó el indigesto libro, y la muchacha no le dio otra oportunidad.

Espero que haya aprendido la lección, aunque temo que no sea así dada su contumaz trayectoria. No me hagan hablar de aquella vez en que se podría haber acostado con cuatro mujeres distintas en un mismo día y se conformó con una y con pillarse una borrachera escandalosa y denigrante...

martes, 19 de julio de 2011

Parece Mordor...


... pero no lo es.

Hoy por cambiar vamos a pedir la participación del público. ¿Alguien sabe cuál es el edificio de la foto y dónde está?

Si alguno se aburre se admiten hipótesis improbables e incluso minicuentos que se desarrollen en esta falsa Barad-dûr.


viernes, 8 de julio de 2011

Rebajas

Hoy, dos reflexiones absurdas calenturientas al precio de una:

¿Soy el único que piensa que la ruedecita del centro de los ratones la inventaron las mujeres para que mantengamos el dedo corazón en forma?

El mejor amigo del hombre no es el perro, sino el porno.


martes, 5 de julio de 2011

Canas

Hace un tiempo hablaba sobre la incontinencia verbal de cierta gente a la hora de opinar sobre el aspecto de uno. En concreto decía que me tocaba la fibra que me dijesen que me corte el pelo.

Pues hay algo que, sin ir muy lejos del tema anterior, me violenta todavía más: que me digan que tengo muchas canas para la edad que indica mi DNI por fin renovado (tras dos años). Lo sé, tengo espejo en casa, no hace falta que me lo recuerde cualquier capullo con el que no hay confianza.

Ante esta intrusión personal voy a empezar a responder con borderías. He pensado las que escribo a continuación, se admiten sugerencias.

“Si quisiera me las podría teñir, tú lo tendrías mucho más jodido para reducir tu cabezón a un tamaño estándar"

"Si pensaras tanto como yo también tendrías canas”

“¿Sabes dónde no tengo canas? En los pelos de las pelotas”

“Sí, las canas me salen por estrés al aguantar a gente tan gilipollas como tú”

“Ya te preguntaré qué te parecen mis canas cuando pueda pasar mi mano sudorosa por tu brillante calva”

“No me tiño canas para parecer interesante, me salen solas porque lo soy”

Ellos (él y él) también tienen canas y molan.


miércoles, 29 de junio de 2011

Películas de samuráis

Dr. Strangelove: Me encarga Lobo de Bar, para responder a una petición externa, que hable sobre películas de samuráis. Supongo que habrá bastante información por la red, pero bueno, daré mi visión personal.

El cine de samuráis (conocido entre los frikis del tema como chanbara, dentro de las películas de época o jidaigeki) constituye un género bien definido que puede despertar pasiones, aunque también tedio (más entre las féminas), como por ejemplo, el western, con el que tiene una relación bastante estrecha.

A los que quieran iniciarse les recomendaría que empezasen por el number one, Akira Kurosawa, que dejó un puñado de obras maestras y que es relativamente asequible, tanto de encontrar como de digerir. “Los siete samuráis” es una de mis películas favoritas, sin paliativos, véanla. También son bastante representativas “Yojimbo (El mercenario)” y su continuación “Sanjuro”. De éstas hubo traslaciones al lenguaje del Oeste (“Los siete magníficos”, "Por un puñado de dólares").

Kurosawa, por su parte, adaptó el lenguaje de Shakespeare al entorno samurái, creando obras maestras como “Trono de sangre” (Macbeth) o "Ran" (El rey Lear).

Todavía con Kurosawa citaré la película que le dio la fama en Occidente: “Rashomon”, una importante reflexión sobre el punto de vista, la clásica "La fortaleza escondida" y la barroca “Kagemusha”.

Un cineasta bastante canónico en el cine de samuráis, aunque sin llegar a la brillantez de Kurosawa, fue Hiroshi Inagaki, con su trilogía “Samurái”, protagonizada por el gran Toshiro Mifune.

El otro gran actor del género es Tatsuya Nakadai, con el que coincide (entre otras) en “Samurai Rebellion”, de Masaki Kobayashi. Éste cineasta dio una vuelta de tuerca al chanbara como pudo hacer Peckinpah con el western, profundizando en los personajes y aportando cierta crítica al código. Además de la citada, he de destacar “Seppuku” (que significa harakiri), una verdadera obra cumbre.

Otro cineasta con un punto de vista particular, algo más estrambótico, fue Kihachi Okamoto, en obras como la sombría “La espada del mal”, en “Kill!”, una especie de Spaghetti Eastern o en la cruda "Samurai assassin".

Okamoto rodó además una de las 26 películas de la serie sobre el samurai ciego Zatoichi protagonizadas por Shintaro Katsu, concretamente “Zatoichi conoce a Yojimbo” (la vigésima), donde Mifune retoma el papel del mercenario. Esta serie de películas es bastante difícil de encontrar y no he podido ver más que un puñado, que tampoco se encuentran entre mis preferidas. Takeshi Kitano recuperó al personaje la década pasada ofreciendo una película novedosa e interesante.

Algunas historias de Samuráis han sido rodadas en varias ocasiones, como la leyenda de los 47 ronin que vengaron a su señor. Hay una versión de Mizoguchi (un director que, por desgracia, frecuentó poco el género), otra del citado Inagaki y una más reciente pero también bastante insulsa de Koreeda. Y creo que se está rodando una temible con el protagonismo de Keanu Reeves.

Decía que Mizoguchi no frecuentó mucho el género, pero también hizo una versión previa de "Miyamoto Musashi", el samurái de la trilogía de Inagaki. Por otra parte, filmó grandes películas sobre el Japón feudal, sin ser estrictamente películas de samuráis, como "Cuentos de la luna pálida de agosto", "El intendente sansho", "Los amantes crucificados" o "Vida de Oharu, mujer galante."

Al igual que ocurrió en el western, el género ha decaído en popularidad en los últimos años, pero no han faltado obras notables, entre las que destacaría (además del “Zatoichi” de Kitano), la lírica trilogía de Yoji Yamada, que forman “El ocaso del samurai”, "La espada oculta" (también conocida como "The hidden blade"), y "El catador de venenos" (aka "Love and honor").

Y mencionaré alguna película más que ha quedado pendiente en la relación y que considero que merece la pena. Es el caso de “Tres samuráis fuera de la ley”, de Hideo Gosha, o de "Lady snowblood", dirigida por Toshiya Fujita, de la que ya hablamos por ser una de las inspiradoras de Kill Bill. Y sobre el código samurái en EE.UU., la reflexiva "Ghost dog" de Jarmusch, con Forest Whitaker haciendo un gran papel. Por otra parte, citaré dos películas recientes sobre el final de los samuráis: la pasable y sensiblona "La espada del samurái", de Yojiro Takita, y la mediocre americanada "El último samurái", pero lo hago sólo por completar el post, pues he mencionado películas mucho mejores, algunas de ellas obras maestras del cine.

Si alguien quiere profundizar en el análisis de estas películas o buscar otras le recomiendo que consulte filmaffinity.

La salsa de las películas de samuráis son los combates a espada, como los tiroteos en el western:


domingo, 19 de junio de 2011

Lobo Lavida




Era éste el nombre de una tienda bizarra de Quebec. Me gusta y me ha llevado a reflexionar.

Walpole decía que la vida es una comedia para los que piensan y una tragedia para los que sienten (y que por eso Demócrito reía y Heráclito lloraba).

Hay algún goliardo reflexivo como el Dr. Strangelove, pero en general somos más de sentir y eso nos lleva a veces a pasarlas muy putas. Pero cuando se superan esos grandes zurullos que bloquean nuestro camino, la vida ofrece momentos maravillosos que te hacen pensar no sólo que merece la pena estar vivo, sino que es en verdad algo grande, y por eso la amamos, apasionadamente.

Sí, puedo decir que Lobo la vida...

viernes, 10 de junio de 2011

Niveles de borrachera

Puestos a hacer clasificaciones absurdas y para facilitar el grado de comprensión de los interlocutores goliardescos vamos a facilitar una gradación de los distintos niveles de ebriedad a los que puede llegar una persona. Otro asunto distinto es que dentro de estos niveles se pueden tener diferentes tipos de borrachera: la cansada, la alegre, la deprimente, la tocapelotas, la cabreada, etcétera, etcétera.

He aquí los niveles de borrachera, como siempre, de 0 a 7.

0 de alcohol en sangre. Suponemos que existe gente que haya conseguido estar en este nivel ínfimo, pero no nos fiamos de sus testimonios.

1 Sobrio. No te has tomado mas que un carajillo o una cerveza en todo el día.

2 Tocado, también conocido como ir un poco piripi. Es el nivel máximo que alcanza habitualmente la gente normal y temerosa de Dios, para los goliardos no suele ser más que un paso intermedio en una escalera peligrosa, generalmente un paso de muy breve duración.

3 Un poco toñas. Tu apariencia es prácticamente normal, pero si te colocas (en el sentido de “situarse” no de “drogarse”) en un lugar sin música y con abundante luz, te das cuenta de que tu cabeza da vueltas: vas cocido.

4 Guaza. Como su propia inicial indica, éste es el punto G del alcoholismo, el más gozoso y a la par más difícil de encontrar. Vas contento, estás mentalmente rápido, eres capaz de hablar con personas del sexo opuesto con cierta gracia, tienes como se dice comúnmente, el puntillo, y te sientes de puta madre.

5 Hundido. Has superado el punto G casi sin enterarte para naufragar en los efluvios alcohólicos. Si eres un amante de la derrota puedes pasar un gran rato sumergiéndote en los arcanos de tu conciencia. Todavía puedes interactuar con otra gente, pero sólo si es de confianza.

6 Como un olivo o como un atún. Llevas una borrachera apoteósica. Eres incapaz de pronunciar una palabra inteligible y de dar dos pasos con la misma trayectoria. Tu ángulo de visión se ha reducido a 20º y en una distancia de 20 centímetros. Al día siguiente habrás olvidado buena parte de tus actos, que probablemente habrán constituido para el mundo exterior todo un show. La actuación interpersonal será muy difícil, sólo te comprenderán quienes vayan como tú (si los hubiere).

7 Inconsciencia absoluta. Sabemos por fuentes fiables que existe este estado, pero no recordamos en qué consiste.


Me voy a un bodorrio, un lugar óptimo donde utilizar estos baremos.

martes, 7 de junio de 2011

Memorias

Profesor Marmordo: No es habitual que lea libros de memorias, pero Buñuel me parecía un personaje lo bastante interesante como para atraer mi atención, mas cuando el libro al que me refiero tiene un título tan sugerente como “Mi último suspiro”.

No son las típicas memorias coñazo en las que el autor narra vicisitudes de su vida que tienen poco interés, de hecho, Buñuel pasa por muchas partes de su vida de puntillas. Diría incluso que se aprecia en el libro un tono de disculpa, como si temiera aburrirnos, cuando en realidad casi todo lo que cuenta es muy interesante. Este tono humilde y socarrón se agradece en un mundo en el que cualquier capullo va de divo.

No faltan los pasajes referidos a su carrera cinematográfica que agradecerán entendidos como el Dr. Strangelove, pero yo destacaré los capítulos sobre la guerra civil, lúcidos y moderados, su defensa de los bares y el alcohol y la lista de a favor y en contra.

Cuando defiende los bares nos cuenta que le gusta pasar horas en tugurios donde está a gusto y que con Jean Claude Carriere, su guionista de los últimos años (y amigo que le ayuda con las memorias), practicaba un juego. Tras un duro día de rodaje, Carriere dejaba a Buñuel en un bar, bebiendo sus dry martinis (para los que tenía su receta personal), y regresaba en tres cuartos de hora. En ese periodo, Buñuel tenía que haberse inventado una historia para contársela.

En el capítulo de a favor y en contra, hace un repaso que me parece divertido y sano, que creo que todos deberíamos hacer alguna vez, sobre cosas que nos gustan o no, muchas veces sin un motivo racional.



Esta lectura me llevó a reflexionar que cuando se escriben unas memorias, se dirigen más a terceros que a uno mismo (dejando a parte el grado de exhibicionismo y egolatría del autor) y que sería bonito tener unas memorias más íntimas con las que ordenar los recuerdos de uno. Pero esas memorias probablemente no serían escritas, los recuerdos serían mucho más vívidos si las formaran olores, sonidos, sabores y alguna imagen.

A mí, personalmente, me encantaría tener un libro de memorias con los olores de las mujeres a las que he amado.