Profesor Marmordo: puede que alguien crea que Los viajes de Gulliver es un libro infantil o juvenil porque, como tantas otras, es una obra mucho más conocida que leída y la evolución del personaje en el imaginario popular lo ha llevado a tales derroteros.
Sin embargo, Los viajes de Gulliver es una sátira con un contenido mayoritariamente filosófico, político y moral. Al mismo tiempo que critica y parodia los libros de viajes que proliferaban en su época (como Cervantes había hecho con los libros de caballerías en el Quijote), Jonathan Swift realiza un profundo análisis de la condición humana y de la situación política y religiosa de su tiempo.
La obra se divide en cuatro partes o viajes. El primero, a Liliput, es el más conocido y lo utiliza para mostrar una visión “desde arriba” en la que se aprecian la corrupción y la decadencia de la moralidad y de los sistemas políticos y religiosos que crea el hombre.
En el segundo, a Brobdingnag, adopta una perspectiva “desde abajo”, pues allí los habitantes y todo lo que le rodea tiene unas proporciones 12 veces superiores a las normales, lo que acentúa otro tipo de defectos, sobre todo físicos, y sirve de contrapunto a la visión liliputiense.
En el tercero visita Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Gubbdubdrib y Japón. Laputa es una isla que gravita sobre Balnibarbi, un continente al que somete, y cuyos habitantes están siempre concentrados en sí mismos y en una pseudociencia que es severamente criticada. En Gubbdubdrib, habitada por magos, habla con personajes históricos para poner en evidencia algunas interpretaciones de la historia, y en Luggnagg, donde nacen algunos individuos que no mueren, parodia las ansias de inmortalidad.
En su último viaje visita el país de los Houyhnhnms. Aquí la crítica se recrudece: el hombre es un animal irracional llamado yahoo en el que ya se aprecian muchos de los vicios y defectos que tiene (de forma acentuada) siendo un animal racional en las sociedades europeas. En este país, quien goza de racionalidad (y utiliza a los yahoos como animales de carga) son los caballos Houyhnhnms, de una engañosa perfección basada en una tendencia innata a la virtud y en una aséptica ausencia de pasiones.
Swift expone con una imaginación y una agudeza de pensamiento muy poco comunes y satirizando con gran ingenio, su concepción pesimista y misantrópica del hombre y de la sociedad, de forma que la lectura de esta obra es por completo recomendable, sobre todo para quienes estén interesados en los temas expuestos. No obstante, advertiré que es un libro de gran complejidad y que requiere acudir continuamente a las acotaciones para esclarecer ciertos pasajes y comprender los distintos niveles de interpretación posibles, sobre todo en las alusiones más directas a acontecimientos de la época y el entorno del escritor.
Hace 9 meses
7 comentarios:
bueno, alicia inflándose a psicotrópicos en su país maravilloso tampoco parece muy infantil, la verdad. conocía el sentido adulto de gulliver, aunque sólo he leido sus relatos en ediciones ilustraditas, cuando era un crío, sinceramente. nunca me lo había planteado como posible lectura actual, pero mira... interesante post!
y que hace en Japón?
pufff, un poco farragoso, ¿no es así Marmordo?
Bueno, ya he dicho que es un libro complejo, quizá difícil, pero es un clásico de la literatura y, si se lee bien, enriquece el pensamiento.
Mmmm, interesante. No sabía de la complejidad de este libro. Cómo muchos otros, pensaba sólo en Liliput y en su aspecto más infantil que filosófico. Habrá que leerlo.
Sr. Chinaski
Como explicó el profesor M.,Jonathan Swift "realiza un profundo análisis de la condición humana y de la situación política y religiosa de su tiempo" (sic)
pero lo original es cómo lo hace. Sólo el humor y las alegorías les permitían a esos grandes hombres de su tiempo escribir críticas tan radicales y ácidas sobre sus contemporáneos. Así en el inocente formato de un cuento infantil va metido un mensaje literalmente subversivo y destinado a otro público que los niños.
Gracias por la matización Rouse. Y, efectivamente, su crítica fue tan brutal que sus contemporáneos prefirieron creer que se había vuelto loco, pasó los últimos años de su vida lejos de la vida pública.
Elena, en Japón no hace gran cosa, sólo criticar a los holandeses y coger un barco a Inglaterra.
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