Dr. Strangelove: la figura del pianista siempre ha sido muy cinematográfica. Para empezar, en la época del cine mudo, las proyecciones solían ir acompañadas por la música en directo de un pianista, pero de lo que quiero hablar es de los pianistas de dentro de la pantalla.
Pronto comenzamos a ver pianistas en el cine, curiosamente muchas veces asociados a comedias, cuando el instrumento tiene esa apariencia tan seria y elegante. No era extraño ver un piano en las películas de los hermanos Marx, y el piano coprotagoniza la inolvidable escena de “Candilejas” que comparten Charles Chaplin y Búster Keaton, esos dos gigantes del cine que medían 1,65.
Y no puedo dejar de mencionar a Sam, al pianista de “Casablanca”, quizá el más famoso hasta la llegada del Szpilman de Adrien Brody, el que toca esa canción otra vez en el Rick’s.
Probablemente haya otros antes, pero el primer pianista que recuerdo (si me falla la memoria recuerden que soy mayor) con un papel protagónico es el de la película de Truffaut, “Tirad sobre el pianista”, una libérrima obra de cine negro con toques de comedia, pura Nouvelle Vague.
Y en los últimos años hemos visto insistentemente pianistas en la pantalla. En los 90 tuvimos “El piano” (de Jane Campion), esa bonita y dramática historia de amor que se desarrolla en Nueva Zelanda, con Holly Hunter, Harvey Keitel, Sam Neill y la inolvidable música de Michael Nyman (con la que es quizá su canción más conocida junto a “Chasing sheep is best left to shepherds”), una película notable.
No tan redonda pero también interesante es “Shine”, vehículo para una excelente interpretación de Geoffrey Rush, sobre la vida de un pianista australiano cuya pasión por tal instrumento unida a la obsesiva relación que tiene su padre con él le conducen a la demencia.
También de por entonces es “La leyenda del pianista del océano”, donde Tim Roth encarna a un pianista que ha nacido y vive oculto a los ojos del mundo, a bordo de un transatlántico. Este film adolece de los excesos sentimentalistas a los que se suele entregar su director, Giusseppe Tornatore, pero contiene uno de los duelos más curiosos y brillantes de la historia del cine.
De la última década son la oscarizada “El pianista”, de Polanski, gran película con esencia de clásico de la que no trataré de añadir nada que no se sepa. Y “La pianista”, sobre una rígida profesora de piano (Issabelle Huppert) que tiene una visión del sexo muy particular, por no decir enfermiza, como muestra cuando se enamora de un joven y atractivo alumno. Es una película turbadora, un pestiño para muchos, una obra dotada de gran profundidad para otros. Haneke se suele mover por ese delicado filo.
Esta no ha sido una relación minuciosa, y como estoy seguro de que me he dejado muchas películas en el tintero están invitados a hacer aportaciones en los comentarios. Antes de irme, hablaré de una bizarra película de Peckinpah cuyo protagonista (un genial Warren Oates) también toca el piano antes de hacer cosas peores: “Quiero la cabeza de Diego García”, una obra que cuando a alguien le dé por desempolvarla acabará siendo de culto. Mafia, venganza, pistoleros a sueldo, muerte, excesos y decadencia en territorios fronterizos: si es usted un goliardo, hágase con ella.
Hace 9 meses
5 comentarios:
Aquí no hay pianista pero
... Y al final había 11 botellas de whisky escocés. Los goliardos de expedición por la antartida.
Habrá que probar ese whisky.
Esto se merece un post.
http://www.publico.es/culturas/332040/final/botellas/whisky/escoces
Qué grande Shackleton, es un aventurero muy admirado por el Tío Matt. De la expedición del Endurance en la que querían ir a cruzar la Antártida por tierra y terminó siendo una aventura por la supervivencia brutal hay documentales y hasta hicieron una exposición que circuló por España hace unos años.
De todas formas, si hubiera sido menos aventurero y más goliardo, no hubiese dejado las botellas de whisky llenas...
Magnífica crónica de pianistas en el cine. Vi todas las mencionadas, con excepción de la de Peckinpah que debe ser muy buena si juzgamos por el director. Lo que no me parece es que "El pianista" sea una película escarizada (¿con escaras?) pero sí que recibió un Oscar por mejor peli extranjera.
Lo has clavao, Lobo: peli de culto la de Peckinpah, rollo Sergio Leone: "¡¡¡Extras, necesito todos los extras del mundo para freirlos a tiros. Cuantos más, mejor!!!"
Y del Piano, sólo decir lo que siempre decía Garci en su programa de cine: "Harvey Keitel está maravilloso".
Por cierto, como he llegado con retraso lo meto aquí: Conoce tío Matt un bar llamado "la Almena"?, Cuantos Bob's le merecen? Me servirá como ejemplo para practicar un poco, pienso utilizarla en adelante (no descartéis canción al respecto).
Anónimo, el "escarizado" es el pianista, Adrien Brody, además de Polanski y el guión. Gracias por corregir y bienvenido.
Carlos Baute, a ver si terminas la gira veraniega y quedamos. En cuanto a "La almena", sería, a grosso modo, un 3 ó 4 BOBs, con un indiscutible +1 si es cierto, como se rumorea, que el dueño se ha bebido todas las botellas de Jack Daniel's que hay sobre la barra.
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