En un teatro romano, quizá el de Mérida, una figura patética
llora desconsoladamente frente a un muro, sus gritos son desgarradores.
Coro: Qué te ocurre, oh, Profesor Marmordo, ilustre
goliardo, ¿qué te aflige de tal forma que tus lamentos se escuchan en los
confines de la Tierra, (según nos comentan por facebook tus amigos de Tucson,
Arizona)?
Profesor Marmordo: Me ha sucedido algo terrible. (El
goliardo se dobla como si se fuera a partir y agarra su túnica a la altura de
su pecho).
Coro: Cuéntanos, no te demores, hablar de las penas alivia
hasta al más afligido.
Profesor Marmordo: Oh, amigos del coro, jamás lo
comprenderíais. Vosotros sois gente higiénica, gente de bien y mayoritariamente
monógama.
(El coro se gira para mirar hacia uno de sus miembros).
Profesor Marmordo: Sí, lo sé, con la notoria excepción de
Trúculo, gran aficionado a las orgías y el intercambio de parejas con matures y
enanos de por medio.
Coro: Explícanos Marmordo, arroja luz sobre nuestra
ignorancia.
Profesor Marmordo: Veréis. Durante la adolescencia el
proyecto de macho humano dedica la mayor parte de sus pensamientos y energías
al sexo, está, como se suele decir, extremadamente salido y, cuando se aventura
en una relación interpersonal lo suele hacer sin contención alguna.
Coro: Lo sabemos, Marmordo, fuimos cocineros antes que
frailes.
Profesor Marmordo: Sabréis también, entonces, que su
incontinencia y precipitación le llevan en no pocas ocasiones a intentar la
penetración sin preservativo.
Coro: Nos resulta familiar eso que cuentas. ¿Cuál es el
problema, Marmordo?
Profesor Marmordo: El problema es, ¡ay! (gime), que ahora me
sucede lo contrario. ¡De unos meses acá, son ellas las que tratan de forzarme a
metérsela a pelo!
Coro: ¿Y no debieras sentirte afortunado?
Profesor Marmordo: Debiera como goliardo, debiera por el
adolescente que hay todavía en mí, pero no hago más que pensar en enfermedades
venéreas: en hongos, sífilis, gonorrea, SIDA... y, aún peor, a veces pienso en
pequeños marmorditos pululando por el mundo... Tales imágenes son fatales
enemigas de la líbido.
Coro: Parece grave lo tuyo, Profesor Marmordo. ¿Qué dirá el
resto de goliardos ante tal información? Puede que te consideren poco hombre.
Profesor Marmordo: Eso temo, buenos amigos del coro, ¿no soy
en el fondo un gran amante del riesgo? ¿Qué debo hacer? ¿Sucumbir a los impulsos
de mis fogosas amantes? ¿mantenerme firme? ... ¡Ay!
Coro: Terribles dilemas los tuyos, afamado goliardo. Pero
has de tomar una decisión
Profesor Marmordo: Quizá debiera retirarme a un lugar
reposado como monje zen hasta que aclare mis ideas.
Coro: ¿Sobrevivirás sin alcohol, drogas, mujeres y tabaco?
8 comentarios:
Pues en las calles se gritan a coro multitud de consignas y también deben sonar a chiste, porque ni p**o caso.
p.d. Profesor Marmordo sobrevivirá, lo sé.
jajaja, ¡¡¡cómo debe poner Vd. a las muchachas, que no quieren esperar ni a que se plastifique/latexice debidamente!!!
Mala cosa, Marmordo, mala cosa. No se deje engatusar, las mujeres somos malas por naturaleza. Y los hongos pican, se lo juro.
Mal problema profesor, pero ya sabes que la sarna con gusto no pica.
Sr. Chinaski
Jodo, cómo está el patio. Si te baja la líbido está clarísimo que necesitas plastificártelo.
Sin comentarios......(si digo cualquier cosa sensata temo el azote de mis compañeras...merecidamente, que llevo un año muy tonto).
Un poco vendría a ser como el anuncio de Loquillo y los Trogloditas contra las drogas.
Kisses.
Bombón, yo propongo. Condón, como modo. Lo cojo, lo toco, lo pongo. Con condón, yo floto pronto. Sólo con condón. Sólo con coco”.
en este tipo de cosas permanecer "firme" es fundamental, luego ya decides poner condón o no. creo que han detectado ya cómo se propaga el SIDA, unos científico españoles, además, estamos a un paso de la erradicación de la enfermedad, así que a follar, coño, a follar!
Me cuesta imaginar al Profesor Marmordo en esa tesitura, y yo que pensaba que cuando se iba a la cama con una tía era sólo para leerle poemas y dormir a su lado... ya no hay pureza en este mundo.
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