En su última excursión, Zé Tubarao y Lobo de Bar se superaron a sí mismos. ¿Qué hicieron?
- Tardar menos de 10 segundos en servirse alcohol.
- Beberse una botella de vino para luchar contra el frío.
- Avituallarse con un litro de espirituoso para el camino a la carpa de Lanuza (llevando cada uno un guante de snooker para sobrellevar la gelidez del vaso).
- Encontrarse con una bellísima zaragozana que uno de ellos desconocía.
- Tener una laguna memorística de varias horas.
- Liarse con alguien en ese lapsus.
- Conseguir un pase de temporada para Pirineos Sur en ese mismo espacio de tiempo.
- Vengar a Contador haciendo el camino de vuelta más rápido de la historia (y con mayor número de caídas por kilómetro, con las contusiones consiguientes).
- Desayunar unas cervezas y una botella de sidra.
- Bañarse en el río Aguaslimpias (15º en el exterior, 3º en el agua) ante la mirada estupefacta de la concurrencia.
- Merendar unos vasos de oporto y una botella de pacharán.
- Resultar lo suficientemente sospechosos a dos guardias civiles como para que detuviesen su ilustre coche, se bajasen y olisquearan perrunamente un cigarro de liar en busca de sustancias ilegales.
- Asustar por su nivel de borrachera no sólo a gente normal sino también a sujetos que les conocen bien.
- Buscar sin éxito setas alucinógenas.
- Comer algo sólido por fin a las 9 de la noche para echarse luego la siesta y despertar a las 4 de la mañana.
- Servirse espirituosos sin control mientras en la tele echan reposiciones de Cuéntame.
- No morir en el intento.
10 comentarios:
Pues a mi todo me parece de lo más normal, oye. Lo que se hace cuando uno excursionea y esas cosas.
Vaya paaaaaaaaaar!!!!
de todas ellas, la hazaña más increíble es la última, sin duda!
Con tus consejos ni Lesotho, ni los Andes, ni el montículo de grava de la obra de la esquina ¿me podéis explicar cómo es posible sentir frío en pleno agosto?, un goliardo no precisa excusa alguna para pimplarse una botella de vino.
:)
La frase "En la montaña sin reglas" se acuñó al principio de los tiempos para amendrentar a un joven e incauto amigo nuestro (no goliardo), que presumía de haber ido a los scouts. Aquello fue derivando en una máxima que ahora se ha convertido en un lastre, ya que cada vez que vamos a un lugar de más de 700 metros, toda regla establecida nos la pasamos por el forro de los cojones. La de esta vez fue casi memorable (digo esto porque no nos acordamos de la misa la media). En todo caso, he de aducir en nuestro favor que hay estudios de la Universidad de Oxford que prueban que la bebida en altura sube mucho más. Así que calculad lo que ocurre en nuestras pequeñas y obcecadas cobayas humanas.
Goodbye Kitty, ¿lo de ver Cuéntame te parece normal?
Beatriz, el tema es que sigamos sobreviviendo lo más posible...
Sergio, en la montaña tampoco hay reglas para el clima, hacia un rasca del carajo (de noche 5º), pero para eso estaban el alcohol y el guante de snooker.
Zé Tubarao, creo que la próxima vez que subamos a la montaña tendremos que pegarnos un día de reaclimatación cuando bajemos en algún lugar a altura intermedia, porque cada vez que llego al valle la resaca es terrorífica...
Joer, dais mucho más miedo que nosotros de aquí a Lima...no quiero ni pensar qué sería de vosotros en el Parque astronómico una noche de taja y fumaos....aish, vosotros sí que tenéis peligroooo!!!!.
(Yo lo de Cuéntame lo veo completamente normal en mentes bizarras de tal calibre).
Kisses.
Insisto: el frío no es excusa; reconozcamos sirva 5+30^C la(s) botella(s) de vino habrian caído de igual manera.
:p
De acuerdo, no mantendré esta farsa: siempre es buen momento para beber vino.
El saldo final de ingesta por cabeza fue de:
Una botella de vino
Tres litros de cerveza
Una botella de sidra
Dos vasos de oporto
Una botella de pacharán
Botella y media de whisky (ron en el caso de Zé Tubarao).
Saludos, goliardos. No puedo más que comentar unas líneas, ha sido leer vuestra excursión y notar también los efectos, mañana resacón sin comerlo ni beberlo, eso sí, tampoco me acuerdo de nada...
Publicar un comentario