sábado, 3 de marzo de 2012

Crítica de bar: La Crepa


La Crepa, en la calle Francisco de la Ripa, fue la primera crepería de Zaragoza, abierta nada más y nada menos que en 1976. A día de hoy ya no se dan cenas, pero es un bar con mucho encanto.

No hay un cartel con el nombre del bar en la puerta, su símbolo distintivo es un farol que se enciende cuando está abierto, muy distinguible en una calle solitaria y oscura que sorprendentemente fue una zona de bares, extinta hace tiempo.

Es un bar pequeño, a la derecha según se entra hay un par de mesas con bancos bastante nuevos comparados con el resto del local. A la izquierda hay una barra larga y una columna. El bar está decorado con cachivaches, carteles de cervezas y una amplia variedad de botellas. El conjunto es algo recargado sin resultar agobiante. Además, está bastante más limpio de lo que cabría esperar en un bar de estas característias, si bien, el baño de tíos es de tipo letrina y no goza del mejor de los olores.

El dueño, Nano, es todo un personaje, nómada hace mucho afincado en Mañoland por amor, aficionado a contar chistes cortos, a hablar sobre la vida y a tararear las canciones que van sonando.

La música no es estridente: rock, country, folk, algún cantautor... y abundan las versiones. Los jueves acuden a tocar en directo unos cuantos amigos y conocidos, fieles al lugar, sin grandes pretensiones (aunque también va gente muy buena) y mucho buen rollo, se crea una gran atmósfera.

El resto de la semana el ambiente es tranquilo y disfrutable, con clientela variada pero no especialmente joven. Es un antro del absoluto gusto goliardesco. Las bebidas no son baratas, pero hay una amplia variedad para el tamaño del establecimiento y siempre he defendido que recrearse en un sitio así merece un pequeño gasto adicional, quien no aprecie la vida de bar, que vaya a los establecimientos de birras a un euro.

Me reservo el derecho de concederle las míticas 7 BOBs a este bar, de momento, le pongo 6 BOBs.



6 comentarios:

goodbye kitty dijo...

Pero Lobooooo, no se hace crítica de un bar sin foto que la apostille. Aunque vale, con tu apellido me fío absolutamente de ti con la concesión de BOBs. No parece un mal garito, no.

Sr. Chinaski dijo...

No conozco ese antro. Me tendrás que llevar algún día Lobo.

Sr. Chinaski

oria dijo...

Casi me llevan estas navidades. Para la próxima!

Sincopada dijo...

Cualquier antro es bueno si la compañía es grata...y cuanto más cutres y más viejunos, mejor. Me gustan las tascas de mesitas de mármol ajado y aún me gustaban más cuando entrabas y olía a vino rancio y tabaco. Ahora es todo tan asquerosamente pijo y aséptico...¡¡si ya no hay ni cucarachas andando por las tapas, cómo esposible!!.

Kisses.

Lobo de Bar dijo...

Kitty, no tengo foto propia, pero igual cuelgo alguna. La verdad es que hasta la fecha las críticas solían ir desnudas, pero tiene sentido lo que dices...

Chinaski, tenía intención de llevarte en tu próxima visita, ya revisaremos tu agenda.

Oria, por curiosidad, ¿quién estuvo a punto de llevarte?

Sincopada, compartimos gusto, yo también tengo alergia a los bares asépticos, en las tascas hay un aroma especial, hay vida y recuerdos de vida, en los otros hay más postureo que otra cosa.

goodbye kitty dijo...

Gracias!!!!! Ahora sí, creo que es un garito muy de mi cuerda. Tanto si voy cuerda como incuerda (lo más frecuente).