viernes, 28 de enero de 2011

Crítica de Bar: La recogida y la Sala Z

Como llevaba tiempo sin desempolvar la libreta para apuntar mis críticas tabernarias y quedan muchísimos antros de esta urbe bimilenaria y etílica que comentar, voy a hablar no de uno sino de dos lugares cuasimíticos de la farra zaragozana.

El local de La recogida, en la calle del Temple, tiene cierto encanto. Se trata de una especie de cueva con tres salas sucesivas, barras viejas de mármol, rejas, columnas y un aire un tanto vetusto. Pero lo cierto es que esta característica suele pasar un poco desapercibida al ser un sitio al que los goliardos han ido durante evos, generalmente en condiciones lamentables.

Tiempo atrás era éste uno de los escasos lugares de su zona (el Casco) donde podían ir los puretas de la música, pues se pinchaba rock en condiciones y algo de música alternativa. Con el tiempo, han pasado a concederse algunas licencias poperas y ya no destaca, pero sigue siendo de la música más potable de su calle (junto a la pianola).

Los cubatas están bastante bien, 5€ en vaso generoso y sin garrafón o, al menos, no muy grave. El ambiente es variado y bastante soportable, hay abundancia de machos como la música hace presagiar, pero se puede pasar un buen rato goliardesco si no se requieren féminas.

La Sala Z, en la calle Félix Latassa, es un lugar con solera que lleva abierto desde el inicio de los tiempos sin apenas cambios en la decoración, más allá de los dibujos de las paredes.

Ya habló algo de ella el último superviviente. Es un garito oscuro con una barra cuadrangular y un pequeño escenario. Dentro de los bares que abren con licencia de discoteca tiene un puesto especial, pues no hay otro donde se encuentre música rock y heavy y un ambiente acorde con ella.

En este bar, que tiene el aliciente de ser uno de los pocos lugares donde puede perderse un dipsómano hasta altas horas de la madrugada los días laborables, los goliardos hemos pasado farras harto meritorias. En los último tiempos, no obstante, ha perdido algo de encanto. Cobran entrada (7€ con consumición. (qué curioso, el Word corrige consumición por consumación, por una consumación igual se pagaban los siete euros más a gusto...)), los cubatas con pepsi dejan que desear y ya no huele a humo. En un antro tradicionalmente fétido la prohibición es harto peligrosa. El último día que estuve se olía una extraña mezcla de perfume (también hay heavys limpios) y flatulencias, pero temo que el lugar sea inhabitable en verano, con el garito lleno y la fauna sudorosa...

A un antro así generalmente no se va a ligar. Todos sabemos que muchos heavys y moteros son asexuales, uno incluso rechazó a una de las tías más buenas que conozco aduciendo que “apenas se conocían”. ¿Habráse visto? El caso es que el último día que estuve habían puesto alguna camarera bastante atractiva, quizá siguiendo la estela del DeVizio y del Moog (ya hablaremos de estos garitos otro día). Respecto a las féminas que se pueden encontrar entre la concurrencia hay que decir que suelen ser pocas, estar múltiplemente acompañadas y tener aspecto de asesinas en serie, lo que no quita que en ocasiones se pueda hallar alguna perla.

Ambos bares merecen una calificación de entre 3 y 4 BOBs. Por una vez correré el riesgo de ser demasiado generoso al recordar los buenos momentos pasados y les otorgaré 4 BOBs.

6 comentarios:

Sergio DS dijo...

Muy interesante información, pues en un par de fines de semanas acabaré de horda beoda por Zaragoza, así que la información me puede venir al pelo.
He logrado encontrar en este tu genial espacio la calificación empleada en la crítica de bares y es más que destacable, teniendo en cuenta que no acostumbro visitarlos en bata ni albornoz.
Gracias

interpreta-sones dijo...

ah! el peso emocional, puede sumar BOBs hasta en el garito más infecto! no es el caso, objetivamente, por lo que veo. por aquí también tenemos una Z, fíjate. a secas, eso sí: "la Z"

Lobo de Bar dijo...

Sergio, si necesitas más información para tu horda beoda zaragozana mándame un correo.

Raúl, a la Z de aquí no sé por qué la suelen llamar sala, aunque en la puerta sólo hay un letrero de neón con una Z y una herradura, supongo que será una costumbre prehistórica.

Anónimo dijo...

Entrada interesante a la par que útil. Parece que de momento no hay razones para callarse ;)

Lobo de Bar dijo...

Pues no nos callaremos :p

Lobo de Bar dijo...

Pasados unos días creo que fui demasiado generoso y que con 3 BOBs van que chutan...